Generación vivencial
Hola, buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que
pases un feliz día.
El otro día estuvimos de recogida y limpieza, de esas
veces que aprovechamos para limpiar un poco más a fondo.
Como tenemos varias hermanas con alergia a los ácaros,
solemos utilizar el aspirador. En una Toma de Hábito nos regalaron uno de agua,
especial para limpiar ácaros en cualquier superficie y que además purifica el
aire... (al menos, eso dice en las instrucciones).
Según estaba preparando el aspirador, me decía a mí
misma: "Esto sí que es echarle fe. ¿Será verdad que este aparato puede
aspirar los ácaros?"
Finalmente, dejé mis razonamientos, y me puse a ello.
Al día siguiente, una de las hermanas nos comentó que
lo había notado muchísimo, que podía respirar mejor.
Me quedé alucinada: el Señor había escuchado mis dudas
de fe en el aspirador, y me daba una respuesta.
Inmediatamente me fui a darle gracias al Señor, y me
di cuenta una vez más de que somos una generación vivencial. Necesitamos
vivenciar para creer, no nos vale con que nos digan que esto es así para
creérnoslo. Tenemos que pasarlo por nuestra vida, y esto en cualquier
situación, hasta con un aspirador.
Y con Cristo nos ocurre exactamente igual. Necesitamos
tener una vivencia de Él, de Su Persona, de su Amor, para creer de verdad que
existe y que está junto a nosotros. No podemos conformarnos con las cosas que
nos hayan contado de Dios, o lo que hayamos estudiado cuando éramos pequeños en
catequesis: necesitamos saber que está Vivo porque nos hemos encontrado con Él.
Es verdad que no tenía mucha fe en el aspirador, pero,
gracias a que dejé de razonar y lo puse a prueba, me encontré con que era real
que funcionaba. Así, para que se pueda dar una vivencia de Cristo, el Señor
necesita que creas que Él realmente puede actuar en tu vida, o, si eres un poco
más incrédulo como yo, que le des la oportunidad; verás cuál es el resultado.
Hoy el reto del Amor es pedir al Señor verle a lo
largo del día. Hoy pídele tener una vivencia de Él. Él es real y está vivo, por
ello, se manifiesta en tu vida, en tu día. Sólo necesitas unos ojos que deseen
verle, porque Él está ahí.
El fruto de la vivencia es la certeza. Mi mayor
certeza es que Cristo está Vivo y que te puedes encontrar con Él. ¿Deseas
verlo?
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma
