"Yo me acerco más a la felicidad con
ciertos principios básicos de la fe cristiana: el respeto y el amor al
prójimo"
“La religión es un hilo que
puede desenrollarse a través del tiempo para acercarnos a los diferentes
contextos de pensamiento”. ¿Lo creerías si te dijéramos que esta frase la
ha pronunciado una miss? Pues es cierto; se trata de la nueva miss Suiza,
elegida el pasado 7 de noviembre: Lauriane Sallin, de 22 años.
Esta joven, estudiante de Historia del Arte y de
lengua francesa en la Universidad de Friburgo, no es en
absoluto una reina de la belleza habitual.
Durante una entrevista
al sitio web de información católicaCath.ch, la más hermosa de
los helvecios se sinceró completamente hablando sobre su espiritualidad, su fe
católica y su visión de Dios.
Sus palabras desvelan un
discurso profundo y lleno de sentido común. Después de haberse preguntado
muchas veces sobre el sentido de la existencia, la joven ha tomado
conciencia de que “la humanidad no cesa de enfrentarse a ciertas
realidades”, en particular a la cuestión de la felicidad.
“Creo que la felicidad es posible,
pero aún hace falta precisar en qué consiste”, remarca la
joven. “Personalmente, yo me
acerco más a la felicidad con ciertos principios básicos de la
fe cristiana: el respeto y el amor al prójimo”.
Ya está dicho: miss Suiza es
tan bella como creyente en la fe católica. Aunque reconoce que “en [su]
familia todo el mundo es creyente”, para ella la religión no es una
cuestión de condicionamiento.
“Para mí, la fe no es en absoluto una
exigencia de mis padres, sino algo personal. Es mi elección. Se ha
desarrollado a través de mis lecturas, desde Aristóteles a Descartes,
pasando por el Evangelio según Lucas. Yo quise entender este relato
evangélico y, para ello, tuve que “currar” mucho estudiando su contexto. Se requiere esfuerzo, pero es la
única manera de entender su significado”, sostiene Lauriane.
“En cada persona hay una parte del Reino de Dios”
Y así, poco a poco, empezó a
darse cuenta de hasta qué puntola religión le ayuda a
ganar perspectiva “en un mundo donde se vive siempre al instante”,
subraya.
Una toma de conciencia
suscitada en especial a causa de la pérdida de su hermana: “Con la muerte
de mi hermana, ya no podía permanecer centrada en el instante, en
las experiencias vividas al segundo, porque lo que vivía a cada segundo
era mi hermana muriéndose. Había que mirar más allá”.
A este “más allá” accede a
través de un amigo que, cierto día, pronunció estas palabras: “En cada
persona hay una parte del Reino de Dios”, una frase que marcó
profundamente a Lauriane.
Poco a poco, Dios se
convirtió en el que la ayudaba a avanzar: “Para mí, la posibilidad es Dios. Él
es quien nos ayuda a superarnos”.
La joven se muestra lúcida al
hablar sobre la muerte: “Ya lo sabéis, la reglas del juego son claras:
estamos vivos, así quetodos tendremos que morir. Pero ahí
no está el drama, sino en la mentira que nos contamos a nosotros mismos,
convenciéndonos de que es imposible que muramos con 24 años”.
En relación al concurso de
miss y sobre la belleza en general, la suiza nos da una respuesta muy
perspicaz: “La belleza y la armonía de las formas desde siempre han
atraído y tranquilizado al ojo. Como cuando me planteo la cuestión de la
felicidad, busco comprender qué es la belleza. Para captar su significado,
hay que ir más allá de la plasticidad. Para
mí, la belleza es un camino hacia la armonía”, concluye, a lo
que añade: “Intento
ser un poco como una alegoría que lleve más lejos a las personas”.
Fuente: Aleteia
