Parece que muy
arrepentida no está aunque sí que ha dicho que “visto lo visto, no lo volvería
a hacer”
Rita era una joven que como muchos de ellos se apuntan a
donde haya jaleo para crecer y madurar (o al menos eso creía ella). Y como ese
día tocaba profanar una capilla pues allí que se fue. Sin saber muy bien lo que
hacía, pero la mayoría de los males de esta sociedad van por ahí. ¿Cuántos hay
hoy arrepentidos de lo que hicieron en su vida anterior? ¿Del dolor que
infringieron a los demás?
El problema es la cantidad de insultos y ultrajes que desde
ciertos sectores se hace a la Iglesia. El “provoca que es gratis” parece
haberse instalado en sus mentes y solo buscan este filón sin darse cuenta del
mal que hacen a todos los que nos llamamos cristianos.
Y a nosotros ¿que nos queda? La respuesta ha de ser siempre
la misma el perdón por delante. Ya Cristo desde la cruz perdonó a los que le
crucificaban, incluso sin que ellos lo pidieran, porque no sabían lo que
hacían. Ahora bien, nuestra querida Rita ya lo sabe y por extensión todos los
que viven en el mismo entorno que ella. Entonces apliquemos aquellas otras
palabras de Cristo. Nosotros tampoco te condenamos, pero en adelante no pequéis
más. ¡Por favor!
Por David Llena
Fuente: Catholic.net