Hoy más que nunca resulta muy
apropiado que invoquemos a la Virgen María, sobre todo como Madre de la
Misericordia
El viernes por la tarde en Roma, el Papa Francisco presidió una Misa con motivo de la
apertura de la Puerta Santa de la Basílica de Santa María la Mayor por el
Jubileo de la Misericordia que se celebra desde el pasado 8 de diciembre y
hasta el 20 de noviembre próximo. Es la cuarta Puerta Santa que abre el Papa.
La primera fue en la Catedral de Bangui, capital de República Centroafricana,
durante su viaje al continente africano, después la puerta de la Basílica de
San Pedro para inaugurar el Año Santo y luego la de la Basílica papal de San
Juan de Letrán, también en Roma.
Hoy, después del rito de introducción y el acto penitencial en el atrio de
la Basílica, el Papa abrió la Puerta Santa, donde permaneció en oración durante
unos segundos. Luego, primero entró él seguido de los concelebrantes y de
algunos representantes religiosos y fieles laicos. A continuación comenzó la
celebración.
En la homilía, Francisco, dijo que “hoy más que nunca resulta muy apropiado
que invoquemos a la Virgen María, sobre todo como Madre de la Misericordia”.
“Quien atraviesa ese umbral está llamado a sumergirse en el amor misericordioso
del Padre, con plena confianza y sin miedo alguno; y puede recomenzar desde
esta Basílica con la certeza de que tendrá a su lado la compañía de María”.
Francisco también señaló que “para nosotros, María se convierte en un icono
de cómo la Iglesia
debe extender el perdón a cuantos lo piden. La Madre del perdón enseña a la
Iglesia que el perdón ofrecido en el Gólgota no conoce límites. No lo puede
detener la ley con sus argucias, ni los saberes de este mundo con sus
disquisiciones!
Después de la Misa, rezó ante la imagen de la Virgen de la Salus popoli
romani y luego saludó a los fieles que le esperaban en el exterior de la
Basílica.
Fuente: Aciprensa