En
la plaza de San Pedro, Francisco invitó a abrazar al Niño Jesús en nuestros
brazos y a proteger a los pequeños. Pide también por las víctimas de las
inundaciones en América Latina
El papa Francisco realizó este miércoles su última
audiencia del año en la plaza de San Pedro. A su entrada, en el jeep
descubierto, pasó recorriendo los pasillos de la plaza en medio de los fieles
que le saludaban calurosamente, contrastando la fría mañana de invierno
europeo. El sucesor de Pedro se detuvo varias veces para saludar y
bendecir a niños y enfermos.
Abrigado con un sobretodo blanco y bufanda del
mismo color, dio inicio a su catequesis en este Año de la Misericordia.
En el resumen que el Santo Padre leyó en español
dijo que "en estos días de Navidad, contemplamos al Niño Jesús, reviviendo en
nuestros corazones el misterio de la Encarnación con gestos sencillos y
tradicionales, como poner el pesebre en nuestras casas".
"Esta devoción al Niño Jesús
--añadió el Santo Padre-- nos permite meditar, siguiendo el ejemplo de la
Virgen María, la humildad de Dios, que se hace pequeño por nosotros. A pesar de
que sabemos poco de la infancia de Jesús, podemos aprender mucho de Él mirando
a los niños".
"Jesús también quiere
--concluyó el Papa-- que lo estrechemos en nuestros brazos, que le demostremos
nuestro amor, nuestro interés. Que abandonemos nuestra pretensión de autonomía
y acojamos la verdadera forma de la libertad, que consiste en reconocer y
servir a quien tenemos delante. Él ha venido a revelarnos el rostro del Padre,
rico en misericordia".
A continuación
saludó los peregrinos de lengua española, "en particular a los
grupos provenientes de España y Latinoamérica". En la plaza se levantó una
ovación y el Papa añadió: "Veo que hay muchos mexicanos por allì. Acojamos
al Señor en nuestros corazones, demostrémosle nuestro amor y el gozo de saber
que Él siempre está en medio de nosotros. Muchas gracias".
El Papa invitó a rezar también por las víctimas de
los desastres naturales que golpearon durante estos días en Estados Unidos,
Inglaterra y América del Sur, causando víctimas, daños y desplazados. "El
Señor de consuelo a aquellas poblaciones y la solidaridad fraterna les auxilie
en sus necesidades".
La audiencia concluyó con el canto del Padre
Nuestro en latín, y la bendición, particularmente para los niños y durante
la cual los fieles exponen los objetos de devoción para que sean bendecidos por
el Papa.
Fuente: Zenit