En
España, en Pamplona se ha realizado una exposición blasfema que hiere la
sensibilidad de todos los creyentes. Abel Azcona, que es como se llama el
“artista”, ha realizado una “perfomance” en la que ha compuesto la palabra
“pederastia” con 242 formas supuestamente consagradas.
Publicamos
la reflexión que hace Vicente Luis García en su Blog: Non solum sed etiam y nos preguntamos: ¿Cuál es la
respuesta coherente con la fe cristiana, ante un caso tan doloroso?
El
Arzobispado de Pamplona ha lamentado que la exposición del artista Abel Azcona
“hiere la sensibilidad de los creyentes” y ha avanzado que su gabinete jurídico
está estudiando si interpone alguna medida judicial contra esta muestra, en la
que se incluyen 242 formas consagradas que el artista ha utilizado para
componer la palabra ‘pederastia’.
El
responsable de comunicación del Arzobispado, Santos Villanueva, ha explicado,
en declaraciones a Europa Press, que “muchísima gente” se está poniendo en
contacto con ellos para “lamentar, sin agresividad, que en una exposición se
hiera la sensibilidad del pueblo creyente”
Non
solum sed etiam
Érase
una vez un pobre desgraciado, acosado por su pasado, que, creyéndose artista,
quiso destacar en el “arte de molestar”.
Así
podría empezar un cuento, que, por desgracia, es una historia real. Abel
Azcona, un joven que confiesa un pasado marcado por el ejercicio de la
prostitución de su madre, el consumo de drogas, ser objeto de abusos sexuales y
de abandono, y por un rechazo social en su infancia, ha encontrado en un modelo
de autoterapia su sustento material y emocional, y la forma de vengarse de su
pasado.
Este
pobre desgraciado ha encontrado en el arte de molestar su modo de existir y
subsistir y, quienes encuentran en estos sujetos presas fáciles para
vehicular sus fobias son quienes acaban subvencionando pretendidas obras de
arte. Y encima les sale gratis si lo hacen con dinero público.
Y
para más “inri” los mismos que patrocinan y subvencionan este “arte” ofensivo
son los que luego se rasgan las vestiduras por elementos artísticos religiosos
ubicados en lugares públicos y que forman parte de la memoria histórica. ¡Qué
extendida está la incoherencia y la ignorancia en los puestos de poder! El
arte sacro ofende ¿y la profanación de lo sagrado?
A
punto de comenzar el Año de la Misericordia, creo que la comunidad
cristiana debería ser misericordiosa con el pobre Azcona e implacable con
quienes siguen abusando de él, poniéndole en el ojo de este huracán, que ellos,
sórdidamente, han subvencionado.
Sugeriría
a los cristianos de Pamplona y Tudela que, a las puertas del Adviento,
sepan vivir esta particular Semana Santa que les ha tocado. Por desgracia Cristo
es ultrajado cada día, y a buen seguro que no es esta profanación la que hoy
más le duele a Cristo. Más sangrantes son las crucifixiones que cada día
se hacen en infinidad de hombres y mujeres de carne y hueso.
Ello
no quita para que los cristianos que sabemos que esas hostias consagradas son
el Cuerpo de Cristo, hagamos como José de Arimatea y solicitemos “su cuerpo”
para hacernos cargo de él y darle un digno destino. Sin violencia, sin odio,
sin rencor. Eso sí, de frente y con dignidad.
Y a
las autoridades políticas que alientan estas manifestaciones de intolerancia
les pediría que dejen de subvencionar el arte de molestar, que ya se bastan y
se sobran ellos solitos con sus actuaciones, sueldos y dietas para ejercer con
maestría este nuevo “arte”.
Ayer miércoles 25 de noviembre el Arzobispado de Pamplona convocó a todos los
navarros a las 19 horas a una misa y adoración de reparación. Un buen momento
para ser misericordiosos, orar por Abel Azcona, que Dios le ayude a sobrellevar
su pasado, y denunciar a quienes ejercen desde su posición de poder un uso y un
abuso sobre quienes son más vulnerables o fácilmente manipulables.
Fuente: Aleteia