En este sentido, ha denunciado que España está «a la cola de Europa en ayuda a la familia y a la maternidad».
El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ha asegurado que ningún
partido de los que están representados en las Cortes Generales «defiende el
valor inalienable de la vida desde su concepción». Además ha asegurado que
tampoco hacen nada en contra de la ideología de género: «Nadie quiere quedarse
al margen del guión establecido por el 'nuevo orden mundial', de lo
políticamente correcto»
En declaraciones a Europa Press, Iceta ha
destacado que «la vida humana es un don precioso desde su mismo inicio, en la
concepción, que debe ser tutelado». «Todo ser humano es bienvenido,
ninguno sobra, porque todos constituyen un don precioso y hermoso,
digno de ser acogido y querido. Eso es lo que hace que una sociedad sea
realmente humana», ha manifestado.
Además, ha apuntado que, «ante los problemas que puedan surgir en la
maternidad, siempre hay caminos de solución que respeten a la madre y al nuevo
ser».
Sobre al hecho de que haya chicas jóvenes que sufren violencia intrafamiliar
y que tienen que pedir a sus padres el consentimiento, ha subrayado que
«lo que hay que solucionar inmediata y radicalmente es precisamente la
violencia familiar que sufren muchas de ellas y protegerlas y ayudarlas
eficazmente». Además, cree que «es muy importante la tarea de prevención y
educación».
Defensa de la vida
El obispo de Bilbao ha mostrado su convicción de que «ningún partido
de los que han conseguido representación en las últimas elecciones defiende el
valor inalienable de la vida desde su concepción», y ha señalado que,
«lamentablemente, existe una aceptación social de que el aborto, en determinados
casos, es legítimo, pero no ha existido ni una reflexión ni un debate profundo
acerca de lo que está en juego».
A su juicio, «no se trata de una cuestión meramente legal, sino de algo que
afecta al modo de entender la inalienabilidad del ser humano y,
por tanto, el fundamento de la sociedad y de la convivencia».
«La actitud de la Iglesia no puede entenderse en términos
doctrinarios o de intransigencia, sino como un auténtico esfuerzo de
denuncia profética y de propuesta de soluciones reales
compatibles con la dignidad humana, para señalar la injusticia que supone el
aborto y propiciar una auténtica cultura de la vida en la que todo ser humano
sea querido por sí mismo, como fin y no como medio, más allá de cualquier
condicionamiento de salud, social, económico o de otra naturaleza», ha
dicho.
A su entender, la madre debe ser «acompañada y ayudada, también cuando el
niño ya ha nacido», y ante «las dificultades que puedan plantearse en la
familia, que pueden ser de diversa índole».
Ley de «matrimonio homosexual» e ideología de género
Preguntado por si plantearía al nuevo Gobierno que surgiera de las próximas
elecciones que derogara la Ley que permite el matrimonio homosexual, ha
precisado que «los partidos que han conseguido representación
en las últimas elecciones no se plantean revisar ningún elemento que
suponga cuestionar la ideología de género actualmente imperante».
«Es más, varias comunidades autónomas, como la extremeña o la
gallega, han desarrollado recientemente leyes siguiendo los postulados más
extremos de esta ideología, como ya lo habían hecho anteriormente otros
gobiernos autónomos», ha indicado en referencia a las leyes que favorecen a los
colectivos gays.
Nuevo Orden Mundial
Para el prelado, «nadie quiere quedarse al margen del guión
establecido por el 'nuevo orden mundial', de lo políticamente
correcto». «La posición de la Iglesia con respecto a la verdadera naturaleza del
matrimonio es de sobra conocida y constituye una voz profética que proclama y
defiende las aspiraciones más profundas del corazón humano y que están inscritas
en la naturaleza humana como unidad dual», ha dicho.
Por ello, se ha remitido al último documento de la Conferencia Episcopal
titulado «La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la
ideología de género y la legislación familiar», que contempla que el
matrimonio se da solo entre el hombre y la mujer, y señala que se trata
de «una alianza o comunidad conyugal por la que 'ya no son dos, sino una sola
carne'».
Fuente: Europa Press/InfoCatólica