El viaje del Papa Francisco a
Filipinas, un país duramente probado por el tifón más mortífero de la historia,
ha tocado el corazón de todo el mundo, en especial, el del Pontífice argentino.
En una entrevista con los
periodistas desde el vuelo papal de regreso a Roma, el Papa Francisco abrió su
corazón y resaltó los momentos que más le impactaron de su viaje a Filipinas,
del 15 al 19 de enero.
Para el Papa Francisco
presidir la Misa más multitudinaria de la historia será una experiencia que
jamás olvidará. Dijo que celebrar la Eucaristía ante seis millones de personas
le hizo sentir pequeño, así como recordar cuál es su misión como cabeza de la Iglesia.
“Lo de la gran presencia en
la Misa, me hizo sentir aniquilado. Ese era el pueblo de Dios, el Señor estaba
allí. Era la gloria y la presencia de Dios que nos dice: Miren bien, que
ustedes son los servidores de Dios, estos son los protagonistas”, señaló.
2. La conmovedora Misa junto a los sobrevivientes del tifón en
Tacloban
El Papa Francisco recordó la Misa celebrada en Tacloban, la zona
de Filipinas más devastadas por el tifón Yolanda, donde el agua llegó a cubrir
los seis metros de altura, destruyendo familias y arrasando con todo.
“¿El momento más fuerte? La Misa en Tacloban, el ver a todo el
pueblo de Dios allí, orando, después de esta catástrofe, pensar en mis pecados
y en esa gente, fue muy fuerte, un momento realmente fuerte. Durante la Misa me
sentí aniquilado, casi no me salía la voz, no se que me ocurrió, quizá la
emoción”, dijo el Papa Francisco.
3. El cariño desbordante
de los fieles filipinos
El Santo Padre expresó
que, una de las cosas que más le enternecieron, el cariño de los fieles
filipinos a su paso por las calles de Manila. “Cada gesto cuando yo pasaba, un
papá me pedía la bendición para su hijo, lo bendecía, y él me hacía… ¡gracias!
A ellos les bastaba con una bendición, y yo pensaba… yo que tengo tantas
peticiones, que quiero esto, y quiero lo otro… me ha hecho bien ¿no? Momentos fuertes”,
explicó.
4. El llanto de Glyzelle
Palomar, una niña sin hogar
El Papa recordó uno de
los momentos más emotivos de su viaje, en la Universidad Santo Tomás de Manila,
donde Glyzelle Palomar, una niña de 12 años que vivió en las calles de Manila,
alimentándose de restos de comida, le preguntó “¿Por qué sufren los niños?”. El
llanto, es la única respuesta posible, respondió el Papa.
Recordando a Glyzelle,
el Papa dijo que “Dostoievski también se hacía la misma pregunta y no consiguió
encontrar una respuesta”.
“Ella, con su llanto,
mujer que llora. Cuando yo digo que es importante que las mujeres sean más
tomadas en cuenta dentro de la Iglesia, no es solo para darles una función,
secretaria de un dicasterio -aunque esto puede ser-, sino para que nos digan
cómo sienten y ven la realidad, porque los mujeres ven desde una riqueza
diferente, más grande ¿no?”, añadió.
5. Los filipinos le
enseñaron a llorar de nuevo por las injusticias
El Pontífice argentino
asegura que otras de las cosas que más le impresionaron del pueblo filipino fue
su capacidad de llorar por las injusticias y los pecados.
“El llanto, una de las
cosas que se pierden cuando hay demasiado bien estar, o los valores no se
entienden bien, o estamos habituados a la injusticia, a esta cultura del
descarte… La capacidad de llorar es una gracia que debemos pedir. Hay una
oración muy hermosa en el misal antiguo para llorar. Decía esto más o menos:
“Oh Señor, tú que has hecho que Moisés con su bastón hiciera salir agua de la
roca, haz que de la roca de mi corazón salga el agua del llanto”. ¡Qué bonita
oración!”, exclamó.
“Cristianos, debemos
pedir la gracia de llorar, sobre todo los del bienestar, y llorar sobre las
injusticias y los pecados, porque el llanto te abre a entender nuevas
dimensiones de la realidad”, animó.
6. Ser mendigo de los
pobres
Durante este último
viaje, el Pontífice argentino tuvo ocasión de visitar un centro de acogida para
niños sin hogar, la casa de un pescador pobre, así como 30 familias destruidas
por el tifón. Después de esta experiencia, el Pontífice asegura que, a pesar de
ser el Papa, los pobres le evangelizaron.
“Otra cosa que quiero
subrayar es lo que le dije al último niño, que trabaja de verdad, que ayuda a
los pobres… no olviden que también nosotros debemos ser mendicantes de los
pobres, porque los pobres nos evangelizan. Si nosotros quitamos a los pobres
del Evangelio, no podremos entender el mensaje de Jesús. Los pobres nos
evangelizan”.
“‘Yo voy a evangelizar a
los pobres’. ‘Muy bien, pero déjate evangelizar por ellos’. Porque tienen
valores que tú no tienes”, concluyó el Papa.
Fuente: ACI

