LAS TERRIBLES CONSECUENCIAS DE LA IMPUREZA

Uno de los males a los que nos enfrentamos con gran intensidad es a los pecados contra la impureza, para ello San Pablo nos advierte de las consecuencias en el alma

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San Pablo, en su carta a los Efesios (4, 18-19), advierte con fuerza sobre el peligro de dejar que el corazón se oscurezca y se endurezca ante Dios. Refiriéndose específicamente de aquellos que, al alejarse de la verdad, caen en una vida marcada por la impureza y por deseos desordenados que finalmente terminan por esclavizarnos. 

Estas palabras, dirigidas originalmente a la joven comunidad cristiana de Éfeso, resuenan hoy con sorprendente actualidad. Vivimos en una época en la que la impureza se ha convertido en uno de los pecados más extendidos y normalizados, promovido incluso como forma de libertad o entretenimiento.

La ola de la impureza

La saturación de estímulos, la pérdida de referencias morales y la trivialización del cuerpo han hecho que muchos, casi sin advertirlo, entren en ese mismo proceso de oscurecimiento interior del que habla el apóstol.

Por ello, antes de profundizar en los efectos que provoca la impureza y su impacto espiritual, moral y humano, es necesario detenernos en la advertencia paulina: ella no solo señala un peligro, sino que invita a recuperar la claridad de la mente y la pureza del corazón para vivir conforme a la dignidad que Cristo nos ha dado.

Aquí te mostramos las advertencias que hace san Pablo: 

1. Endurecimiento de corazón

La cuenta católica en Instagram: Florecilla Católica, explica lo que san Pablo quiso decir en este punto. Mencionando que san Pablo al ser siempre tan claro en sus cartas, escribe que la impureza provoca "porosis". 

Lo que quiere decir que el pecado lleva a la insensibilidad del alma, "cuyo defecto terrible es que petrifica y ya no deja sentir dolor verdadero de haberlo cometido, ni horror de cometerlo otra vez". 

2. Genera desvergüenza

En este punto, san Pablo menciona que  al existir una lascivia, significa: no tener vergüenza para cometer un acto que no es bueno. Es así como el pecado de la impureza poco a poco, se va metiendo en nosotros hasta pedirnos más y lograr dominarnos. 

Por lo que, muchas personas que caen en la impureza, se van involucrando cada vez más, al punto de silenciar poco a poco su conciencia, perdiendo así su dignidad.

3. Deseos desenfrenados por pecar

El perfil de Florecilla Católica, explica cómo san Pablo utiliza la palabra “pleonexia” para referirse al “deseo desordenado e incontrolado de obtener lo que quiere, aunque esto vaya contra los derechos de los otros”. 

Una vez teniendo su conciencia apagada "no le importa si tiene que herir a alguien o los daños que pueda provocar, con tal de satisfacer sus malos deseos". 

Por esta razón debemos evitar caer en esta tentación, así como proteger a los pequeños para evitar que caigan a causa de contenido en redes sociales e internet. 

Karen Hutch

Fuente: Aleteia