El joven santo Domingo Savio nos ayuda a descubrir cómo preparar nuestro corazón para tener un precioso encuentro con Jesús durante la época del Adviento
![]() |
| Alex Neu | Shutterstock |
¿Qué harías si
supieras que solo te quedan unos minutos de vida? Un joven santo, Domingo
Savio, vivía cada día preparado para encontrarse con el Señor Jesús, como en un
Adviento permanente.
La idea de
la muerte
Muchos se
desesperan ante la idea de morir: cada vez somos más materialistas y vemos la
muerte como un vacío, una pérdida, y no como un encuentro con Dios. Pero, ¿no
es la muerte nuestra única certeza en esta vida?
Muchos intentan
responder a esta pregunta inventando y multiplicando cosas que hacer.
Le hicieron
esta misma pregunta a un joven de Cerdeña, Italia, llamado Domingo Savio, muy
cercano a Don Bosco, fundador de los salesianos. En ese
momento, el joven Domingo estaba jugando al fútbol con sus compañeros de
colegio. Su respuesta fue muy sencilla: "Seguiría jugando al fútbol con
mis amigo".
¿Debemos
concluir entonces que para Domingos Savio era más importante divertirse que
prepararse para su propia muerte o para el fin de los tiempos?
¡De ninguna
manera! Poco antes de hacer la Primera Comunión, escribió:
Siete años
después de esa fecha tan importante, muy enfermo, le escribió a Don Bosco:
"Quiero
decirles que siento el deseo y la necesidad de convertirme en santo. Nunca
hubiera imaginado que alguien pudiera llegar a ser santo con tanta facilidad;
pero ahora que he visto que alguien puede muy bien llegar a ser santo estando
siempre alegre, quiero absolutamente y tengo la absoluta necesidad de ser
santo".
El 9 de marzo
de 1857, a los 14 años, pocos momentos antes de su muerte, "Domingo"
le dijo a su padre: "Papá, ¡aquí estamos! Es hora de rezar por mí las
letanías de la buena muerte". Y añadió: "Adiós. ¡Qué maravilla estoy
viendo!".
El Adviento
Domingos Savio
encarna y resume los textos bíblicos que la Iglesia nos propone para comenzar
el Adviento:
"Señor, tú
eres nuestro padre, nosotros somos arcilla; tú, nuestro alfarero, y todos
nosotros, obra de tus manos" (Is
64,7).
"[El
Padre] les dará perseverancia en su conducta irreprochable, hasta el fin, hasta
el día de nuestro Señor Jesucristo" (1 Co
1,8).
"Estén
atentos, porque no saben cuándo llegará el momento. ¡Velen!" (Mc
13,33;37).
Santo Domingo
Savio nos enseña a vivir cada día como si fuera nuestro último día en la
tierra. Él estaba preparado para el encuentro con Dios. En cuanto a mí, ¿lo
estoy también?
Fuente: Aleteia
