Antonio Macaya publica «Los salmos como los rezaba la Sagrada Familia»: un «encuentro vivo con la Palabra»
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| Fotograma de The Chosen. |
Antonio
Macaya Pascual acaba de publicar Los salmos como los
rezaba la Sagrada Familia, prologado por el obispo de
Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla. Religión en
Libertad conversa con el también autor de Un latido en la tumba, licenciado
en Ciencias Religiosas y diácono permanente.
Profesionalmente
es licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de
Barcelona, médico especializado en Dermatología, profesor asociado
de la Facultad de Medicina de la UIC desde 2011 y de la Facultad de Psicología
y Magisterio de la Universidad Abad Oliva desde 2011.
-Su nuevo
libro, después del éxito de "Un latido en la tumba" (Voz de Papel),
es una obra sorprendente: comentario, oración, investigación y testimonio.
¿Cómo nació la idea de escribir "Los salmos como los rezaba la Sagrada
Familia" (Dicacbook)?
-¡Vaya! Esa es
justamente la pregunta que no quería que me hiciera.
»Como
diácono prometí rezar Laudes y Vísperas toda la vida. Con los años,
me di cuenta que no entendía bien lo que estaba diciendo. Otras veces, no me
acordaba del salmo que había rezado.
»Iba a una
ordenación y cuando escuchaba al Obispo preguntar lo que me preguntó a
mí hace 20 años, me asustaba... "¿Quieres conservar y acrecentar el
espíritu de oración [...] y celebrar fielmente la Liturgia de las Horas con el
pueblo de Dios y en su favor, así como por todo el mundo?".
»Yo había
dicho: "Sí" en mi ordenación, pero la verdad era que "no"
había acrecentado ni celebrado fielmente esa Liturgia.
»Entonces me
dije: "Tienes que enamorarte de los salmos".
»El resultado
final es, como siempre, que Dios saca siempre un bien mayor. Pasaron 10 años...
¡y aquí tienen el libro!
-Usted no
solo comenta los salmos: ofrece su ubicación, su función, versiones musicadas
en gregoriano y en hebreo, traducción literal y versiones en ocho lenguas. Es
una estructura inusual.
-Puede parecer
un poco farragoso. Pero hagámoslo fácil: ¿quieres sentir lo mismo que
sentía San José cuando rezaba?
»Si la
respuesta es sí, léete el libro poco a poco.
»¿No te llama
la atención cómo pronunciaba la Virgen cada palabra?
»Léete el libro
poco a poco.
»Más aún:
¿quieres escuchar lo que están diciendo los ángeles y los santos ahora en el
cielo?
»Están diciendo
salmos. Léete el libro.
»En el cielo se
contempla y se alaba a Dios. Si hubiera alabanzas mejores que los salmos,
Dios las hubiera revelado.
»En el libro
ofrezco la traducción literal del hebreo —para captar su ritmo
original—, junto con las versiones griega (Septuaginta), latina (Vulgata), y
modernas en castellano, catalán, italiano, francés e inglés. Así el lector
puede escuchar cómo resuena el mismo Espíritu en distintas
lenguas y culturas.
»La parte
musical no es un adorno: los salmos nacieron para ser cantados. Incluir
las versiones gregorianas y hebreas permite redescubrir el
alma sonora de la oración bíblica.
-Mons.
Munilla firma el prólogo. ¿Cómo fue esa colaboración?
-Fue un regalo.
Mons. Munilla leyó los primeros manuscritos y, con su habitual claridad, me
animó a no temer el riesgo de la profundidad. Me dijo que “este libro no
es una explicación de los salmos, sino una invitación a dejarse explicar por
ellos”. Me impresionó esa frase. Él comprendió que mi intención no era hacer
exégesis académica, sino provocar un encuentro vivo con la Palabra.
Su apoyo (conseguido gracias al Padre Xavier Serra, misionero en Venezuela) me
dio paz y libertad.
»Además, el
obispo subraya algo que comparto plenamente: los salmos son el latido del
Corazón de Jesús. En ellos encontramos, no solo palabras inspiradas,
sino la respiración misma del Hijo que reza al Padre en nombre de toda
la humanidad.
-El libro
incluye comentarios a 38 salmos. ¿Por qué precisamente 38?
-Habrá una
versión digital del libro, con los 150 salmos, pero en papel ocupan
20.000 páginas.
»Para la
mayoría es un poco excesivo tener los 20 volúmenes de 1000 páginas en el
comedor de tu domicilo...
»Decidimos
seleccionar los 38 salmos más importantes para la edición en papel.
Cada uno tiene su lugar en la historia de la salvación, su función en la
liturgia y su resonancia en la experiencia humana.
»El centro es
siempre la oración. San Jerónimo decía que “ignorar las Escrituras es ignorar a
Cristo”. Yo añadiría: conocer las Escrituras sin orarlas es no haberlas
conocido del todo.
-Su anterior
libro Un latido en la tumba evoca muerte y resurrección. ¿Qué relación tiene
con este libro?
-La tumba
representa el silencio de Dios y el límite humano. Pero dentro de ese
silencio hay un latido: el del Amor que no muere. Cristo descendió a los
infiernos para rescatar incluso lo que parecía perdido. Cada salmo, leído a la
luz de la Pascua, se convierte en un latido de resurrección. Cristo sigue en
diálogo perpetuo con su Padre. Nosotros nos unimos a Él cuando rezamos la
Liturgia de las Horas.
»Fíjese bien:
la oración más elevada que hizo Santa Teresa no son las descritas en "Las
moradas". La oración más elevada que hizo Santa Teresa de Jesús no
fue la que alcanzó en la séptimas moradas. Su mejor oración fue al
unirse a otras personas -incluso si eran pecadoras- en el
Oficio Divino.
»Rezara lo que
rezara, sintiera lo que sintiera, en el Oficio Divino Cristo mismo, muerto y
resucitado, estaba y está alabando a su Padre junto a su Cuerpo Místico.
-Usted
incluye los salmos en hebreo con transliteración. ¿Qué aporta eso al lector que
no conoce la lengua bíblica?
-Que quede
claro que yo no sé hebreo. Pero hoy en día hasta ignorantes como yo disponemos
de recursos abiertos y gratuitos para entender el hebreo.
»Escuchar el
salmo en su idioma original es una delicia. No es un ejercicio
erudito, sino una experiencia.
»Estoy
convencido de que San José le dijo a Jesús: aromimka ("te
ensalzaré") (Sl 144), shuba ("arrepiéntete") (Sl 89), erjameka
"te compadezco" (Sl 17). ¿Qué se podría comparar a entenderlo
como lo entendía él?
»Estoy seguro
que la Virgen María le dijo al Niño Jesús: owrka wa yishi
("eres mi luz y mi salvación") (Sl 26).
»Al ofrecer la
transliteración, el lector puede saborear las palabras que Jesús, José y María
recitaron.
»De aquí que la
presentación tenga lugar en la Cripta de la Sagrada Familia el próximo
miércoles 15 de octubre a las 18:00 horas (entrada libre).
-¿Qué papel
juega la música en su visión de los salmos?
-San José y la
Virgen María no recitaban salmos: los cantaban.
»La música es
el puente entre el texto y el corazón. El canto gregoriano y la tradición
hebrea muestran que la Palabra fue concebida para ser proclamada
cantando. En el libro propongo escuchar algunas versiones antiguas,
accesibles hoy gracias a grabaciones monásticas y sinagogales.
-¿Cómo
espera que los lectores reciban Los salmos como los rezaba la Sagrada Familia?
-Este libro no
es un tratado erudito, sino que quiere ser un compañero de oración.
Que cada salmo abra una herida de amor y una esperanza. Que alguien pueda
decir: “este versículo me ha consolado en mi noche”. Si eso ocurre, habrá
valido la pena.
»El libro puede
usarse en la liturgia de las horas, en la oración personal o incluso en el
estudio bíblico. Pero su verdadero propósito es enseñar a escuchar el
latido del Espíritu en la Palabra.
-En un
tiempo de tanto ruido y fragmentación, ¿qué nos pueden ofrecer los salmos hoy?
-Nos
devuelven el alma. Piénselo bien: "¿qué libro es revelación divina
sobre cómo dialogar con Dios?" Sólo los salmos. ¿Qué gran teólogo te
enseñará a rezar mejor que Dios? ¿Qué influencer católico puede enseñarte más
que Dios? ¿Cuántos libros te has leído sobre la oración? ¿Cuántos vídeos en
YouTube o charlas en tu parroquia o comentarios de santos has leído sobre la
oración? Bien. Pon un número. La pregunta es: "¿y te has leído a
fondo el libro de los salmos?". Tú escoges.
-¿Podría
compartirnos un salmo que tenga para usted un significado especial?
-El Salmo 15
(16): “No dejarás mi alma en la tumba, ni permitirás que tu fiel vea la
corrupción”.
»En el libro me
emociono pensando que fueran las últimas palabras de San José a su Hijo.
»¿Qué otra cosa
le iba a decir?
»Ese es, en
definitiva, el mensaje de la Resurrección: incluso en la tumba, hay un latido.
-Muchas
gracias por esta conversación tan luminosa.
-Gracias
a Religión en Libertad por dar espacio a la Palabra. Ojalá
cada lector descubra que los salmos no son solo poesía sagrada, sino
vida que canta dentro de nosotros.
Fuente: ReligiónenLibertad
