Octubre se ha convertido para muchos en el mes ideal para disfrutar de las últimas películas de terror. ¿Es pecado que los cristianos participen en ello?
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Las películas y
series de terror están
por todas partes en el mes de octubre. Es la época más popular del año para ver
las últimas novedades de lo que se ha convertido en un género importante en el
cine. Sin embargo, algunos cristianos se horrorizan ante la popularidad del
género de terror. ¿Es pecado que los cristianos disfruten de este tipo de
películas de miedo?
La Iglesia
no tiene una enseñanza oficial
Desde el punto
de vista de la Iglesia, no existe una prohibición oficial del género de terror.
Esto significa que ver una película de terror depende en gran medida del
discernimiento personal de cada uno.
Steven D. Greydanus explica
que:
"Lo
grotesco, lo macabro y lo aterrador ocupan un lugar permanente en la
imaginación y la cultura humanas, un lugar que la sensibilidad cristiana
históricamente no ha considerado oportuno rechazar o condenar, al menos en su
totalidad".
El lado
insano del terror
Al mismo
tiempo, esto no significa que todo el terror sea bueno para el alma cristiana.
Muchas películas muestran escenas de violencia excesiva, que pueden provocar
náuseas a algunas personas.
Además, algunas
películas de terror ensalzan lo oculto y lo satánico, presentándolos como
caminos válidos que cualquiera puede seguir.
No podemos
negar el hecho de que "somos lo que comemos" y que, si nos
obsesionamos con el terror y llenamos nuestras vidas de él, nuestras almas
inevitablemente se verán transformadas por él.
¿Es pecado
ver esas películas?
Greydanus
escribe un consejo similar:
"Al igual
que con muchas otras cosas, no recomendaría el terror como elemento principal
de la dieta de una persona, al igual que las películas violentas sobre la
guerra u otras que muestran sufrimiento extremo o son muy traumáticas. Este
tipo de contenidos deben consumirse con moderación, al igual que las propias
películas deben mostrar moderación al tratar sus temas".
Un poco de
terror puede estar bien, pero si empieza a cambiar quién eres y si empiezas a
temer realmente a Satanás, pensando que es más poderoso que Dios, entonces
quizá sea mejor dejar de verlo.
Como en todas
las cosas, la oración y el discernimiento son importantes, así como el consejo
de un asesor espiritual de confianza.
Philip Kosloski
Fuente:
Aleteia
