Hace 55 años fue nombrada santa Teresa de Ávila como Doctora de la Iglesia por el papa Juan Pablo, resaltando sus conocimientos y virtudes
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En la
actualidad, la Iglesia Católica tiene cuatro doctoras de la Iglesia —santa
Teresa de Ávila, santa Hildegarda, santa Catalina de Siena y santa Teresa de
Lisieux—, todas ellas santas que han dejado un gran valor histórico y
espiritual. Sin embargo, no hace mucho que fue nombrada la primera de ellas,
siendo santa Teresa de Ávila, hace 55 años, la que abrió camino para las
demás.
Proclamación
de santa Teresa como Doctora de la Iglesia
En la homilía del 27 de
septiembre de 1970, en la proclamación de la santa como Doctora, el Papa
Juan Pablo destacó la figura de la santa como una:
"Una mujer
excepcional, como a una religiosa que, envuelta toda ella de humildad,
penitencia y sencillez, irradia en torno a sí la llama de su vitalidad humana y
de su dinámica espiritualidad; la vemos, además, como reformadora y fundadora
de una histórica e insigne Orden religiosa, como escritora genial y fecunda,
como maestra de vida espiritual, como contemplativa incomparable e incansable
alma activa".
Santa Teresa no
solo fue una inspiración en la vida religiosa, sino que, sus conocimientos y
sabiduría abrieron el paso para que muchos entendieran la fe. Es así que en la
estatua de la santa que está en la basílica lleva la inscripción de Mater
spiritualium. Considerada como una madre espiritual.
Una mujer
con gran inteligencia y sabiduría
Juan Pablo II
mencionó que el título doctoral pone en “relieve valores indiscutibles” como su
santidad de vida. Así como la “eminencia de la doctrina”, ya que su
doctrina brilla por “los carismas de la verdad, la fidelidad a la fe católica y
la utilidad para la formación de las almas”.
Y es que santa
escribió 8 libros de gran riqueza espiritual -y algunos combinándolos con su
testimonio-; Libro de la vida, Camino de perfección, Meditaciones sobre los
Cantares, Conceptos del amor de Dios, Castillo interior o Las Moradas, Libro de
las fundaciones, Exclamaciones del alma a Dios Constituciones de las Carmelitas
Descalzas, 400 cartas y poesías.
Todo su
conocimiento venía de su propia inteligencia, así como su constante formación
cultural y espiritual, a través de las lecturas y conversaciones que sostenía
con grandes teólogos, la vida de oración, su meditación contemplativa, su
disciplina y su carácter. Realmente era una mujer que destacaba en la fe y que
dio mucha luz en un tiempo en que se buscaban respuestas para profundizar en el
amor a Cristo.
En la homilía,
Juan Pablo II también resaltó la síntesis del mensaje que nos da santa Teresa a
través de sus escritos:
«El gran bien
que hace Dios a un alma que la dispone para tener oración con voluntad…, que no
es otra cosa la oración mental, a mi parecer, sino tratar de amistad, estando
muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama» (Vida, 8, 4-5).
Un nuevo
camino para las mujeres
Santa Teresa
fue la primera doctora de la Iglesia, un hermoso reconocimiento que se le da a
los santos que dejaron un gran aporte en nuestra iglesia. Hoy, gracias a sus
conocimientos, podemos tener más luz para saber más sobre nuestra fe y vida de
santidad.
“Y en esa
confesión de fe muchas mujeres han llegado a las cimas más elevadas, hasta el
punto de que su palabra y sus escritos han sido luz y guía de sus hermanos. Luz
alimentada cada día en el contacto íntimo con Dios (...). Luz hecha vida de
manera sublime para el bien y el servicio de los hombres”.
Yohana Rodríguez
Fuente: Aleteia
