![]() |
El Papa León XIV durante la audiencia general (@Vatican Media) Dominio público |
El Pontífice recordó a continuación el 50.º aniversario de la firma del
Acta Final de Helsinki, de la que, afirmó, es esencial preservar el Espíritu.
También exhortó a la perseverancia en el diálogo y a fortalecer la cooperación.
Por un lado, un profundo pesar por el brutal atentado terrorista contra una
iglesia en la República Democrática del Congo, que resultó en la masacre de más
de 40 cristianos. Por otro, la esperanza de que, incluso en estos tiempos de
conflicto, resurja el "Espíritu de Helsinki", el espíritu que inspiró
a los 35 países firmantes del Acta Final —cuyo 50.º aniversario se celebrará el
1 de agosto— para poner fin a la guerra (entonces conocida como Guerra Fría) y
crear una nueva arquitectura geopolítica.
Ante las miles de personas reunidas en la Plaza de San Pedro (muchas de
ellas jóvenes que participaban en el Jubileo dedicado a ellos), que acudieron
tras la primera audiencia general del miércoles tras las vacaciones de verano,
el Papa León XIV compartió sus sentimientos, expectativas y perspectivas ante
esta situación actual tan profundamente afectada por la violencia.
Dolor
por el ataque a una iglesia en la República Democrática del Congo
En
primer lugar, el Papa recuerda la masacre ocurrida la noche del 26 al 27 de
julio en la parroquia de Bienheureuse-Anuarite, en la aldea de Komanda, al este
de la República Democrática del Congo. Un ataque brutal que se cobró más de 40
vidas a manos de las Fuerzas de Defensa de Congo (ADF), asesinadas en la
iglesia y en sus hogares.
Mientras encomiendo a las
víctimas a la misericordia amorosa de Dios, rezo por los heridos y por los
cristianos de todo el mundo que siguen sufriendo violencia y persecución,
instando a cuantos tienen responsabilidades a nivel local e internacional a
colaborar para prevenir tragedias similares.
El "Espíritu de Helsinki"
León XIV centra entonces su atención en un aniversario histórico: el 50.º aniversario, el 1 de agosto, de la firma del Acta Final de Helsinki, el documento final de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) de 1975, a la que asistieron 35 países, entre ellos Estados Unidos, Canadá y la Unión Soviética, así como casi todos los Estados europeos. Este fue un momento crucial en el proceso de distensión entre los bloques oriental y occidental durante la Guerra Fría, que codificó principios fundamentales sobre el deber de respetar las fronteras estatales y resolver las disputas mediante la diplomacia y el diálogo.
El papa Francisco —y, como él, el cardenal
secretario de Estado Pietro Parolin— han invocado repetidamente este mismo
"Espíritu" ante la escalada de conflictos y tensiones
internacionales. El papa León XIV hizo lo mismo hoy, recordando al final de la
audiencia este "deseo de garantizar la seguridad en el contexto de la
Guerra Fría" por parte de 35 países que, con la firma del importante
documento, "inauguraron una nueva era geopolítica, favoreciendo un
acercamiento entre Oriente y Occidente".
Perseverar en el diálogo, fortalecer la
cooperación
Helsinki,
añadió el Pontífice, «también marcó un renovado interés por los derechos
humanos, con especial atención a la libertad religiosa, considerada uno de los
pilares de la emergente arquitectura de cooperación desde Vancouver hasta
Vladivostok». Y la «participación activa» de la Santa Sede en la Conferencia,
representada por el arzobispo Agostino Casaroli, «contribuyó a fomentar el
compromiso político y moral con la paz».
Hoy más que nunca es
esencial preservar el “Espíritu de Helsinki”, perseverar en el diálogo,
fortalecer la cooperación y hacer de la diplomacia la vía privilegiada para
prevenir y resolver los conflictos.
Salvatore Cernuzio - Ciudad del Vaticano
Fuente: Vatican News