¡Estad alegres!
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Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El otro día
estábamos en la cocina, terminando de recoger la cena, y oímos reírse a
carcajadas a las hermanas que ya estaban en el recreo. Se notaba que la
conversación estaba muy distendida.
Me daba mucho
gusto oírlas, y me recordó a una hermana que ya murió hace unos cuantos años.
Ella era sor Rosario, y cuando ya estaba en sus últimos días, dormía justo al
lado de la sala del recreo. Así que, claro, le preguntábamos si la
molestábamos, y su respuesta la recordamos con cariño: “Me gusta oíros, porque
así sé que estáis felices, y eso me alegra”.
Si a nosotros
se nos llena el corazón de alegría al ver a los que queremos estar felices y
contentos, ¡cuánto más se alegrará el Señor de vernos permanecer en la alegría!
La verdadera
alegría es la de un corazón que encuentra la paz en el Señor. ¡Es un don que a
todos nos quiere regalar! No está condicionada por ningún impedimento, porque
no significa ausencia de dificultades, de enfermedades, ni siquiera de
problemas… La alegría verdadera es la de un corazón confiado en el Señor, que
puede hasta reírse, porque sabe Quién lleva su vida.
A lo largo de
todos estos años en el monasterio, el Señor y las hermanas me han ido
transformando este aspecto de mi vida. Antes no le daba tanta importancia a
permanecer alegre, simplemente porque, a veces, es más fácil estar “serio”.
Pero ¡qué poco cuesta una sonrisa, y cuánto bien hacemos con ella!
Donde hay
alegría, está el Señor. Nosotras siempre decimos que, para identificar al
Señor, es muy fácil seguir su rastro por dos huellas: la paz y la alegría,
porque ambas son signos de su presencia viva. Donde está Él, llega la paz, y la
alegría es consecuencia de ese trato con Él.
Hoy, el reto
del amor es alegrar al que tengo al lado con un gesto sencillo. Permanecer
alegres en el Señor es sanador, porque Él nos mueve a confiar continuamente,
sin que nada nos quite la paz ni nos robe la alegría.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
20 julio 2025
Fuente: Dominicas de Lerma