De apóstatas a misioneros de la Santísima Virgen; un viaje inesperado a Medjugorje transformó el matrimonio de Nati, de Perú, y Hendrick, de Alemania. Y hoy nos enseña a vivir extraordinariamente siendo una familia ordinaria
![]() |
Courtesy of Naty and Hendrick |
Naty y Hendrick
llevan a la Madre de Dios a cientos de hogares en Alemania. Este matrimonio,
desde hace 11 años, evangeliza junto a sus dos pequeños hijos: Maximilian y
Sofía. Pero algunos años antes, la familia Wrobel vivió una confesión y una
peregrinación que transformó sus vidas.
"Me enteré
que Hendrick no estaba dentro de la Iglesia. Él era católico, pero se había
alejado de la Iglesia. Para mí fue un momento de prueba muy grande, pero
gracias a Dios, con los planes que Él tiene, Hendrick, unos meses después de
visitar Medjugorje, regresó a la Iglesia y pudimos unirnos en matrimonio",
comparte Nati para Aleteia.
En medio de su
camino de conversión, Nati conoció a Heinrich Wrobel, un joven alemán que había
apostatado de la Iglesia Católica en Alemania, y de quien se enamoró
profundamente. Se unieron por lo civil; pero como católica, el hecho de que él
no estuviera dentro de la Iglesia le hizo reflexionar sobre la importancia
del sacramento del matrimonio.
Una
peregrinación por su matrimonio y conversión
Nati,
desesperada por su situación, tomó la decisión de ir a Medjugorje como última
esperanza. No solo para salvar su matrimonio, sino por la conversión y
salvación de su esposo Hendrick.
Al llegar al
pueblito escondido entre las montañas de Bosnia y Herzegovina, Nati invitó a su
esposo a confesarse, pero él se negó. Sorprendentemente, al acercarse a la zona
de confesionarios, en la parroquia de Santiago Apóstol, todos los
confesionarios estaban cerrados excepto el de lengua alemana. Nati lo vio como
la primera señal; aun así, Hendrick se negó. Sin embargo, un día, Hendrick hizo
lo impensable:
"Cuando
regresó lo vi diferente. Pero no le pregunté ni le dije nada. Quise esperar
hasta que él me dijera lo que había pasado. Vi sus ojos y parecía que estaba
llorando. Me acerqué y le pregunté ¿estás bien?" -cuenta Nati.
Hendrick
contestó:
"Te envío
saludos el Padre. Y no solamente uno, te ha mandado tres saludos. Cuando
comencé la confesión, en la mitad de la confesión y al final de la confesión,
el sacerdote dijo saludos a su esposa".
En ese momento
Nati entendió que Dios le estaba agradeciendo por su incansable labor de pedir
por la salvación y conversión de su esposo. Que como ella, muchas mujeres
entregadas a Dios están luchando por llevar a sus familias hacia Dios.
"Gracias
a esposas así como usted es que un hogar puede tener el amor de Dios y ver lo
importante que es buscar la salvación de nuestros esposos e hijos", le
dijo el sacerdote a Nati.
La confesión
que lo llevó a Dios
Medjugorje fue
un parteaguas para la conversión de Hendrick. El mismo Hendrick relata que la
experiencia de la confesión fue algo sin precedentes en su vida, un momento
sobrenatural donde descubrió a Dios. A su regreso a casa, no pudo dejar el rezo
diario del Santo Rosario y la Santa Misa.
El cuidado
maternal de Maria, la fervorosa fe de Nati y su incansable confianza en Dios
les regalo que Hendrick volviera a la Iglesia y fuera bautizado nuevamente en
Dortmund, Alemania en 2012. Y no solo eso, al volver, él se convirtió en un
apóstol de la Santísima Virgen.
Desde entonces,
esposo y esposa pertenecen a la misión internacional de la Virgen Peregrina de
Schoenstatt, y también a la Misión por el Amor de Dios que entroniza a
Nuestra Señora de Guadalupe en los hogares de cientos de familias en
Alemania.
"Sentimos
que esa es nuestra misión como familia: transmitir a otras familias, con el
ejemplo, ese amor por la Virgen y por todo lo que Dios nos da para seguir
acercando a más personas hacia todo lo que que es de Dios", explica
Hendrick.
Y Nati añade:
"Pienso
que aquí en Europa necesita reavivarse más la fe. Es por eso que es importante
el mensaje con el testimonio de cada uno (...) Dios nos envió a su madre para
ayudarnos a llevar todo tipo de situaciones y nos hace unirnos más a la
Iglesia. Ella es la esposa de la Iglesia y ella, como madre, va a cuidar de
nosotros".
Y es así que
desde hace 11 años, Nati y Hendrick comparten la alegría de Jesus y Maria con
todos, en especial con sus hijos.
"Así como
nos preocupamos por el alimento que nutre a nuestros hijos, el alimento
espiritual también es necesario para seguir una vida de unión con Dios. Sobre
todo si queremos que sea algo cotidiano para ellos, que sea algo que el niño
busque a Dios, porque ya tiene la necesidad de la palabra de Dios. Cuando
vayamos al cielo, Dios nos pedirá que le mostremos nuestras manos. En una
estarán nuestros hijos y en otra estarán nuestros esposos, y Él verá qué
trabajo hemos realizado para ellos y cómo estamos llevando lo que más queremos
ante Él".
Ingrid Basaldúa
Guzmán
Fuente: Aleteia