3 SÍNTOMAS DE QUE PADECES DE VACÍOS ESPIRITUALES

Los tantos distractores basura que nos separan de la verdad son un riesgo para quien tiene vacíos espirituales. ¿Reconoces estos síntomas en ti?

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Cada día nos sorprende con nuevos contenidos virales en las redes sociales y, debido a que las personas buscan constantemente la manera de sentirse plenas, consumen contenidos sin riqueza que se quedan grabados en su mente de manera inmediata; y si no se cuidan, también invaden el corazón. Esta necesidad constante, que no se puede llenar, puede venir de un vacío espiritual; y como toda enfermedad, este vacío tiene síntomas.

Los síntomas de los vacíos espirituales

Tal vez parezca obvio, pero no todos estamos conscientes de que tenemos algún vacío en la vida: tal vez de amor, de amistad, de conocimiento; pero puede ser más común que pasen desapercibidos los vacíos espirituales.

¿Cómo se pueden detectar? ¿cuáles son los síntomas?

1. Insatisfacción permanente

Quizá es el más notorio. Suele detectarse cuando se tiene todo en la vida: éxito en la profesión, amor, amigos, bienes materiales, salud... pero por dentro, se siente que algo falta. Todo el tiempo hay insatisfacción y no hay una respuesta adecuada, como leemos en el libro del Eclesiastés:

"Todo el esfuerzo del hombre va a parar a su boca, pero el deseo no se satisface jamás" (Ecl 6, 7).

2. Codicia por tener cada vez más

Es en estos casos en los que, por más que se llenen los huecos, no se acaba la sensación de que algo falta. Y no hay edad para ello. Desde un adolescente al que todo se le ha dado, o aquél que ha tenido que luchar para alcanzar sus objetivos, o bien, un adulto que constantemente se enfrenta a retos para ser popular, les ocurre que nada les llena.

El profeta Isaías advierte sobre esto:

"¿Por qué gastan dinero en algo que no alimenta y sus ganancias, en algo que no sacia? Háganme caso, y comerán buena comida, se deleitarán con sabrosos manjares" (Is 55,2).

Y el Eclesiastés sentencia:

"El que ama el dinero no se sacia jamás, y al que ama la opulencia no le bastan sus ganancias". (Ecl 5, 9). 

3. Llenarse con basura

Ante la realidad del vacío, el ser humano insisten en llenarse, pero lo hace con basura en lugar de volver sus ojos hacia Dios. Porque los obstáculos no le permiten elevar su vista al cielo y prefiere atiborrarse de todo lo que embota los sentidos en vez de humillarse y reconocer que todo lo que desea solamente Dios lo tiene.

Palabras duras tiene el profeta Ezequiel:

"Arrojarán su plata por las calles y su oro se convertirá en basura: su plata y su oro no podrán salvarlos el día del furor del Señor. No saciarán su avidez, ni llenarán sus entrañas, porque el oro y la plata fueron la piedra de tropiezo que los hizo caer en la iniquidad" (Ez 7, 19).

El remedio: volver a Dios

Nuestro Señor nos ama infinitamente y espera que nos demos cuenta de que solo Él remediará nuestras necesidades. Quien humildemente reconoce que no puede, Él mismo lo reconfortará. Recordemos su promesa:

"Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré" (Mt 11, 28).

Que nuestra vida sea plena en Dios y para Dios, porque al que lo tiene a Él, no le falta nada.

Mónica Muñoz

Fuente: Aleteia