¡Menudo cambio!
![]() |
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La campana
grande ya tiene un badajo nuevo. El campanero nos avisó de que notaríamos la
diferencia. Y, ¡menudo cambio, parecía una campana catedralicia! Era un sonido
mucho más dulce y bonito.
La campana ha
necesitado “un cambio de corazón”, y con el cambio de badajo ha venido todo:
ahora la campana sigue siendo la misma, pero suena diferente.
¡Qué bonita
analogía con nuestra vida! Todos necesitamos ese “cambio de corazón”. No una
simple restauración, sino un corazón nuevo. ¿Quién no tiene ese profundo deseo?
Pero ¿cómo puedo cambiar mi corazón?
Para nosotros
es imposible, pero para el Señor nada hay imposible. Recuerdo cuando estaba en
mi noviciado, que andaba preocupada por no saber qué hacer para luchar contra
lo que no lograba cambiar en mí. Los esfuerzos me resultaban imposibles, los
demás me parecían inalcanzables, y no sabía qué más hacer... hasta que un día,
escuchando una predicación, el Señor me dio esta clave: ¡lo único que necesito
es la sencillez de corazón!
Él no me pide
que sea yo quien cambie ese “badajo”, pues sabe bien que no puedo. En cambio,
sí puedo reconocer lo que brota de mí y entregárselo a Él una y otra vez.
También puedo poner palabras a lo que vivo y compartirlo con quien me puede
ayudar; e, imprescindible, escuchar a los hermanos que el Señor me pone en el
camino, porque muchas veces en ellos está la respuesta que no termino de querer
ver.
El cambio del
“badajo” requiere del Maestro. Lo mío es escuchar cómo suena mi “campana” y
abrirme cada día a la transformación que Él quiere realizar en mí.
Siempre me
sorprende la figura de David en la Biblia. Siendo un gran rey, elegido por el
Señor, tropezó muchas veces y, sin embargo, siempre se volvió al Señor. De él
se dice que era “un rey según el corazón de Dios”. Y es que el Señor, que
conoce nuestra masa, le agrada un corazón humilde, que se deje amar y
transformar continuamente por Él.
Hoy, el reto
del amor es pedirle al Señor un corazón nuevo.
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
17 junio 2025
Fuente: Dominicas de Lerma