El Derecho Canónico establece que la aceptación del cargo debe ser libre y voluntaria
![]() |
EFE/Osservatore Romano |
El cónclave que
se celebra estos días en la Capilla Sixtina elegirá al próximo
pontífice de la Iglesia Católica. La elección es, sin duda, uno de los momentos
más solemnes y esperados de esta institución. Tras días de deliberación y
votación secreta, cuando finalmente un cardenal obtiene los votos necesarios
para convertirse en Papa, se le formula una pregunta clave: «¿Aceptas
tu elección canónica como Sumo Pontífice?». Pero, ¿existe una única
respuesta a esta cuestión?
Según establece
el Derecho Canónico, el candidato, una vez elegido, tiene la
libertad de aceptar libremente el cargo. En caso de no aceptarlo, se debe
realizar una nueva votación. La aceptación debe ser inmediata y verbal. Solo
una vez expresado su deseo de convertirse en el nuevo pontífice, ya sea con la
frase tradicional en latín «Accepto» o la fórmula más
solemne, «Accepto electionem», el cardenal pasará a ser el nuevo Obispo
de Roma.
Elección del
nombre papal
Una vez
aceptado el cargo, se le preguntará con qué nombre quiere ser llamado.
El Papa electo indicará el nombre que desea adoptar y, a partir de ese momento,
será reconocido oficialmente como el Papa bajo dicho nombre.
Luego, el nuevo
Papa se retira a la llamada «Sala de las Lágrimas» (una
pequeña habitación contigua a la Capilla Sixtina), donde se viste por primera
vez con la sotana blanca de pontífice. Allí tiene a su disposición varias
tallas preparadas previamente.
Ya vestido como
Papa, regresa a la Capilla Sixtina, donde recibe el homenaje de
obediencia de todos los cardenales presentes en el cónclave.
«Habemos
Papam»
El momento
culminante tras la elección de un nuevo Papa tiene lugar en el balcón central
de la Basílica de San Pedro, cuando el Cardenal Protodiácono –el
de mayor antigüedad en el orden de los diáconos– aparece ante la multitud
congregada en la plaza y pronuncia la emblemática fórmula: «Annuntio
vobis gaudium magnum: Habemus Papam!» («¡Os anuncio una gran alegría:
tenemos Papa!»). Estas palabras marcan el inicio oficial del nuevo
pontificado y despiertan la ovación de los fieles que esperan ansiosos conocer
la identidad del sucesor de San Pedro.
A continuación,
el protodiácono anuncia el nombre de pila del cardenal elegido, su
apellido, y el nombre que ha escogido como pontífice. De este modo, el mundo
entero conoce no solo quién ha sido elegido, sino también cómo desea ser
recordado en la historia de la Iglesia.
Casos en los
que el Papa electo ha rechazado el cargo
Quizás uno de
los casos más sonados de renuncia del Papa electo al cargo tuvo lugar en el
cónclave que se produjo tras la muerte de Pablo VI. En aquel
momento, el cardenal Giovanni Colombo, arzobispo de Milán era
considerado uno de los papables más fuertes, pero dejó claro antes del cónclave
que no aceptaría la elección si se producía, ya que se consideraba demasiado
mayor. Tras sus declaraciones fue elegido Juan Pablo II.
Fuente: El Debate