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Dominio público |
¿Qué importancia tuvo en su tiempo la
película de Marcelino pan y vino?
Para mí, en el
ambiente que se vivía entre los jóvenes de nuestro tiempo, fue una película muy
bonita, con muchos valores espirituales y morales, de la cual se podían
destacar muchas cosas entre otras la bondad de los frailes, el interés y cariño
con que acogieron a Marcelino. La amistad del niño con Jesús y la esperanza en
la vida futura y eterna, en el cielo volveremos a encontrar a nuestros seres
queridos y todo lo bueno que aquí no logramos alcanzar como Marcelino encontró
a su mamá.
Pero al fin y al
cabo tampoco sabía mucho el alcance o importancia que tenía la película fuera
de nuestro entorno parroquial, acción católica o Hijas de María, etc. Los
jóvenes de nuestro tiempo no teníamos tanto acceso a la comunicación y ni
siquiera sabía que ese Cristo admirado y famoso se encontraba a tan poca
distancia. Soy de un pueblo extremeño muy cerca de Don Benito.
¿Cómo surgió la idea de que el famoso
Cristo viniera al convento de Don Benito?
Fue idea,
intención y cariño de Don Miguel López Cabrera, ingeniero de sonido de la
película y hermano de nuestra Hermana de comunidad Isabel de Jesús (Catalina
López Cabrera) muy santa por cierto. Este señor era de la localidad extremeña
de Guareña, muy cerca de Don Benito, y conocía bien las necesidades de la
comunidad en aquel tiempo, cuya iglesia había sido devastada y destrozada
durante la guerra civil.
El
convento sirvió de cuartel, de cárcel y de todo… Desde la fundación, la iglesia
tenía un retablo muy sencillo pero bonito, presidido por nuestra Santa Madre
Teresa como titular del monasterio, y a ambos lados Nuestro Padre San Juan de
la Cruz y San Elías profeta. Pero fue sacrílegamente destruido. Don Miguel,
viendo que las Madres solo tenían unas telas como dosel en el ábside del altar
mayor de su pequeña iglesia, pidió al director Don Ladislao Vajda el Cristo
“para las monjas de su hermana”. Y así, la imagen fue una donación de los
estudios cinematográficos de CHAMARTÍN, hoy estudios BUÑUEL de TVE en Madrid.
Don Miguel nos decía con alegría y cierto orgullo: “Fue mía la idea de traer el
Cristo de Marcelino Pan y Vino a esta iglesia del convento de Don Benito. Y en
el desembalaje estuve dentro del convento y tuve la gran suerte de abrazar a mi
hermana Isabel de Jesús, a quien no veía hacia años sino a través de rejas en
el locutorio conventual”.
¿Hasta qué punto destacaría la
generosidad del director de la película?
El director de
la película era húngaro, Don Ladislao Vajda, con el cual trabajó Don Miguel en
otros rodajes como técnico de sonido más veces. La Imagen de Jesús Crucificado,
una vez terminada la película de Marcelino no tenía ningún valor para los
estudios: la hubieran desechado y llevado a otro sitio. Como hemos dicho, fue
Don Miguel quien la pidió y trasladó a nuestra casa. Como no hay casualidades,
sino providencias de Dios, Cristo mismo quiso quedarse en esta imagen para
siempre con nosotras. ¡Jesús es el tesoro del Carmelo! Es la perla preciosa de
la que habla Él mismo en el evangelio. Una perla que, como nos decían las
Madres de entonces, se nos dio sin tener que vender nada, se nos entregó como
Regalo sin pedirlo, como una de tantas gracias que Nuestro Señor y Nuestra
Madre Santísima han hecho a este Carmelo desde su fundación en el año 1883 por las Madres Carmelitas
Descalzas de Medina del Campo (Valladolid), segunda fundación de nuestra Santa
Madre Teresa de Jesús, en 1567.
¿Qué más nos puede decir de Don Miguel?
Creo están
dichas muchas cosas de Don Miguel… Primeramente era un hombre de Dios. Procedía
de una familia muy cristiana, y muy piadosa. Su padre murió durante la guerra
civil, precisamente por dar testimonio de su Fe; él tenía una familia numerosa,
la cual traía con su esposa tres o cuatro veces al año a ver a su hermana y a
la comunidad, de la cual siempre fue gran amigo y bienhechor. Nos contaba que
la película podía dar lugar a un capítulo inacabable de anécdotas con Pablito
Calvo y otros actores; y como fue tan exitosa, él acompañó al niño Pablito en
el recorrido por toda América. Y en Berlín donde la película obtuvo el primer
premio de oso de oro. En el viaje de regreso le tenían por el padre de la
criatura y le daban felicitaciones.
¿Cuáles han sido las principales gracias
y conversiones que ese Cristo ha traído al convento? ¿Podría destacar alguna?
Muchas gracias
ha traído, y el poder orar ante Él es ya una gracia muy grande. Recuerdo cuando
siendo novicia y la Madre Maestra nos llevaba a la iglesia, nos señalaba el
frontal donde está puesto el Cristo que tiene un letrero grande que dice así en
latín: “SALUS NOSTRA IN MANU TUA” y la crecía el fervor y entusiasmo diciendo:
“Hijas, nuestra salud está en Sus manos, miradlo”. Y volvía a repetir una y
otra vez el versículo en latín.
Tuvieron mucho
acierto las Madres al poner ese versículo del salmo 30junto a la imagen del
Cristo. Da mucha devoción. Una de las Hermanas se vino a este convento por una
gracia concedida por el Cristo de Marcelino. Y otra de nosotras cuenta que
cuando leyó el cuento le impactó tanto que quería saber dónde estaba ese Cristo
y lo buscaba afanosamente sin lograr encontrarlo, y cuando entró en el convento
sin saber nada, se llevó la sorpresa de que estaba aquí. (Esta hermana es del
Perú y desde allí vino y encontró al Cristo en este Carmelo).
Otra de las
conversiones que contaba Don Miguel era que dos años después del estreno de la
película, estando un día en los estudios con el director Vajda, estele enseñó
una carta del padre de una familia japonesa, que se había convertido toda ella
al catolicismo por la visión de la película. La carta, escrita en japonés y
traducida al inglés, era emocionante. Yo he conocido peregrinaciones de polacos
y de otras partes de Europa, incluso de Rusia, que han venido por alguna gracia
que les ha concedido el Cristo y porque querían conocerlo. Hay que tener en
cuenta que el cuento de Marcelino Pan y Vino ha sido traducido a 26 idiomas y
en español es ya la 141 edición.
¿Por qué impacta tanto el Rostro
sufriente del Cristo?
Estoy convencida
que el éxito que ha tenido y tiene esta película, es por el bien espiritual que
ha hecho. Y la parte fundamental de ella es el Rostro del Cristo que, a pesar
del tremendo dolor de la crucifixión, habla de la dulzura y paz que requiere el
argumento… Jesús clavado en la cruz, ese Amigo entrañable a Quien el niño,
necesitado como Él de Amor, se preocupaba, preguntándole: ¿Tienes hambre?
¿Tienes frío? … Y Le daba de comer todos los días a escondidas de los frailes
del convento… Ese Marcelino llevaba a Jesús lo que Jesús nos da, su Cuerpo y su
Sangre, un trozo de pan y un poco de vino, que es también una alegoría de la
Eucaristía, que siempre está unida a la cruz. Los diálogos de Marcelino con
Jesús son conmovedores.
¿Evoca un poco al Cristo llagado ante el
que se convirtió su Santa Madre Teresa?
El Cristo
llagado de la Santa Madre es impresionante, y ella que era una gran enamorada
de la humanidad de Jesús, cambió su vida experimentando una profunda sensación
de culpa y arrepentimiento por la falta de agradecimiento a su sufrimiento y
amor infinito.
Por ello es una
gran defensora de la Humanidad Sacratísima de Jesús, porque lo ve como
presencia divina, viva y cercana; un modelo de perfección a seguir, resaltando
siempre su amistad, su ayuda en la tribulación. “Aunque es Dios es verdadero
Hombre y se compadece de nuestras flaquezas”. No cabe duda que si la Santa
Madre hubiera tenido cerca a este Cristo habría orado con la misma intensidad y
devoción que ante el “Cristo muy llagado” que ayudó a su conversión, o ante el
“Cristo de los lindos ojos” que hizo pintar en una ermita de su primer
conventico de San José de Ávila, y al que tanto le gustaba mirar…
¿Por qué no quiere que se banalice como
un mero objeto de turismo? ¿Por qué merece la pena visitar al Cristo y con qué
actitud hay que hacerlo?
Sería una pena
que solo por curiosidad o ruta turística se visitara el Cristo. Es una imagen
del Señor que tenemos que ver como lo que es y lo que representa. Según la
actitud que tengamos sacaremos más o menos provecho para nuestra vida
espiritual. En cuanto a las visitas, nosotras somos una comunidad contemplativa
de clausura, y no tenemos una persona fija para ocuparse de la puerta de la
iglesia, por lo que el Cristo solo se puede visitar a las horas de la Santa
Misa de la comunidad, y cuando está abierta la iglesia en las fiestas que
tenemos exposición del Santísimo Sacramento: como la Santísima Virgen del
Carmen, el 16 de julio; nuestra Santa Madre Teresa, el de octubre, y otras.
También por medio de la Casa de cultura, pidiendo una cita. Gracias a Dios los
que lo visitan suelen ser familias piadosas o personas que lo hacen por
devoción.
¿Tiene algo más que decir sobre el
Cristo o la película?
Al ser este año
el 70 Aniversario del estreno de la película de “Marcelino Pan y Vino”, como
curiosidad puedo decir que los exteriores de la iglesia que salen en la
película se hicieron en el Cristo del Caloco
en San Rafael (Sierra de Guadarrama), y es curioso el parecido con
la capilla de nuestro convento de Don Benito, sobre todo antes de los arreglos
de traer el Cristo, con su dosel actual, que más bien le quita la belleza y
sencillez primitiva. El tema o historia de la película está fundamentado en el
cuento del escritor y periodista Don José María Sánchez Silva. Este señor tenía
tres hijas, y a cada una regaló, dedicándoselo, un cuento escrito por él. El de
“Marcelino Pan y Vino” se lo dedicó a su hija Sara. Esta se hizo religiosa y
nos visitó en nombre de su padre, trayéndonos saludos suyos muy efusivos y
cariñosos. En el archivo de la comunidad se conserva un ejemplar de “Marcelino
Pan y Vino” dedicado y firmado por él, y alguna carta de otra ocasión.
¿Querría decir algo más para finalizar?
Me gustaría
dirigirme a los jóvenes que puedan leer esto, diciéndoles que no tengan miedo
de entregarse al Señor. Si quieren ser felices, síganle, es muy buen pagador:
Él da, no el ciento, sino el mil por uno. Una entrega a Jesús para siempre, en
el sacerdocio o en la vida religiosa, es el colmo de la dicha. La Regla del
Carmelo nos exhorta a “vivir en obsequio de Jesucristo”. Ser un regalo para Él,
y para los hermanos, siempre es la mejor bienaventuranza y recompensa de vida
eterna. A las jóvenes que estén llamadas a la vida contemplativa, quisiera
decidles que en nuestro Carmelo, junto al Cristo de Marcelino, pan y vino, hay
3 o 4 plazas disponibles…
Por Javier Navascués
Fuente: InfoCatólica