Después de la muerte del Papa Francisco, se suspendieron las
próximas canonizaciones y beatificaciones, con la nota de que estos eventos se
reprogramarían cuando se eligiera un nuevo Papa.
¿A qué se debe?
Actualmente solo las canonizaciones necesitan la presencia
del papa, mientras que las beatificaciones se celebran a menudo a nivel local
sin la presencia física del papa.
Las canonizaciones y la Iglesia universal
Una de las principales razones por las que el Papa preside
una canonización es su carácter universal. Cuando un hombre o una mujer es
declarado "santo", el papa lo hace para "toda la Iglesia".
Sólo el Papa puede hacer una proclamación de tal alcance.
En cierto sentido, vincula a todos los católicos a la
creencia de que esa persona es santa.
La Enciclopedia Católica explica que "la
canonización, en términos generales, es un decreto relativo a la veneración
eclesiástica pública de una persona. Tal veneración… es universal en el sentido
de que vincula a toda la Iglesia".
Muchos teólogos sostienen también que las canonizaciones son
un acto de infalibilidad papal. Esto significa que el Espíritu Santo protege al
Papa del error cuando proclama santo a un individuo.
Las beatificaciones y la Iglesia local
En cambio, las beatificaciones no tienen la misma autoridad,
pero siguen necesitando el permiso del Papa.
La Enciclopedia Católica señala que:
"la beatificación es un permiso para venerar, concedido
por los Romanos Pontífices con restricción a ciertos lugares y a determinados
ejercicios litúrgicos. Así, es ilícito tributar a la persona llamada Beato (es
decir, el Beatus, el Beatificado), reverencia pública fuera del lugar para el
que se concede el permiso, o recitar un oficio en su honor, o celebrar misa con
oraciones referidas a él, a menos que se tenga un indulto especial."
Se refiere a la veneración pública, oficial; los fieles
pueden tener individualmente devoción a un determinado Beato, incluso más allá
de su lugar de nacimiento.
Un ejemplo de ello es cómo San Juan Pablo II solo fue
venerado inicialmente en Polonia e Italia en el momento de su beatificación,
pero poco después se concedió permiso a los obispos de Estados Unidos para que
permitieran celebrar misa el día de su fiesta.
Esta es también la razón por la que las beatificaciones se
celebran normalmente a nivel local y no requieren la presencia del Papa. No es
un decreto "universal" y solo está reservado a la piedad local.
Beatos nunca canonizados
Las beatificaciones no son infalibles, y ha habido algunas
personas que nunca fueron canonizadas, debido a que se conocieron nuevos datos
que las descalificaban.
Benedicto XVI introdujo cambios en los procesos de
beatificación, haciendo especial hincapié en su carácter local.
Dondequiera que tengan lugar las beatificaciones, en Roma o
en cualquier otro lugar, es necesario mostrar claramente que toda beatificación
es un acto del Romano Pontífice, que permite así ("facultatem facimus"
en la fórmula actual de beatificación) el culto local de un Siervo de Dios,
haciendo pública su decisión en una Carta Apostólica.
Lea aquí los cambios de Benedicto XVI.
Philip
Kosloski
Fuente: Aleteia
