La Oficina de Prensa de la Santa Sede difunde la catequesis preparada por el Santo Padre para la Audiencia General del miércoles 2 de abril, que fue anulada debido a la convalecencia del Obispo de Roma
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Aula Pablo VI. Foto de archivo. Vatican News |
El Papa
reflexiona sobre el encuentro de Jesús con Zaqueo y exhorta a los fieles a no
perder nunca la esperanza aunque se sientan incapaces de cambiar.
La figura de
Zaqueo está especialmente cercana al Papa Francisco, ya que ocupa un lugar
significativo en su propio camino espiritual. Así lo expresó el Pontífice al
introducir el
tema de su catequesis preparada para la Audiencia General del
miércoles 2 de abril de 2025, que fue cancelada debido a su convalecencia en
Casa Santa Marta tras recibir el alta médica del Hospital Gemelli el domingo 23
de marzo.
En su ciclo de
reflexiones sobre los encuentros de Jesús, Francisco recuerda que el Evangelio
de Lucas nos presenta a Zaqueo como alguien que parece irremediablemente
perdido. "Quizá nosotros también nos sintamos así a veces:
desesperanzados. Zaqueo, en cambio, descubrió que el Señor ya lo estaba
buscando", sostiene el Papa.
En el texto,
publicado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Francisco puntualiza que
Jesús bajó a Jericó, una ciudad situada por debajo del nivel del mar,
considerada una imagen del infierno, "donde Jesús quiere ir a buscar a los
que se sienten perdidos".
Mirando hacia
la situación actual, el Papa observa que "el Señor resucitado sigue
bajando a los infiernos de hoy, a los lugares de guerra, al dolor de los
inocentes, al corazón de las madres que ven morir a sus hijos, al hambre de los
pobres".
El Obispo de
Roma precisa que "Zaqueo, en cierto sentido, está perdido, quizá ha tomado
decisiones equivocadas o quizá la vida le ha puesto en situaciones de las que
lucha por salir". "De hecho -prosigue el Sucesor de Pedro-, Lucas
insiste en describir las características de este hombre: no solo es un
publicano, es decir, alguien que recauda impuestos de sus conciudadanos para
los invasores romanos, sino que incluso es el jefe de los publicanos, como si
quisiera decir que su pecado se multiplica".
La mirada de
Jesús no es de reproche, sino de misericordia
El Pontífice
acota que Zaqueo es rico, "dando a entender que se ha enriquecido a costa
de los demás, abusando de su posición. Pero todo esto tiene consecuencias:
Zaqueo probablemente se siente excluido, despreciado por todos".
"Cuando se
entera de que Jesús está atravesando la ciudad, escribe el Papa, Zaqueo siente
el deseo de verlo. No se atreve a imaginar un encuentro, le bastaría con
mirarlo desde lejos. Sin embargo, nuestros deseos también encuentran obstáculos
y no se hacen realidad automáticamente: ¡Zaqueo es de baja
estatura!".
“Es nuestra
realidad, tenemos límites con los que debemos lidiar. Y luego están los demás,
que a veces no nos ayudan: la multitud impide que Zaqueo vea a Jesús. Quizás
sea también un poco su revancha.”
En este
escenario, el Pontífice evidencia que cuando se tiene un deseo fuerte, no se
desanima y se encuentra una solución. "Pero hay que tener valor -dice el
Papa- y no avergonzarse, se necesita un poco de la sencillez de los niños y no
preocuparse demasiado por la propia imagen. Zaqueo, como un niño, se sube a un
árbol. Debía ser un buen punto de observación, sobre todo para mirar sin ser
visto, escondiéndose detrás de las frondas".
Con el Señor,
siempre ocurre lo inesperado y Dios no puede pasar sin buscar al que está
perdido.
“Lucas
destaca la alegría del corazón de Zaqueo. Es la alegría de quien se siente
mirado, reconocido y, sobre todo, perdonado. La mirada de Jesús no es una
mirada de reproche, sino de misericordia. Es esa misericordia que a veces nos
cuesta aceptar, sobre todo cuando Dios perdona a quienes, en nuestra opinión,
no se lo merecen. Murmuramos porque nos gustaría poner límites al amor de
Dios.”
Finalmente,
Bergoglio anima a los fieles a aprender de Zaqueo, "a no perder la
esperanza, incluso cuando nos sentimos marginados o incapaces de cambiar".
“Cultivemos
nuestro deseo de ver a Jesús y, sobre todo, dejemos que nos encuentre la
misericordia de Dios, que siempre viene a buscarnos, en cualquier situación en
la que nos hayamos perdido.”
Sebastián
Sansón Ferrari
Ciudad del
Vaticano
Fuente: Vatican News