La esperanza es
un ingrediente esencial para una vida llena de alegría. Sin esperanza, nuestra
vida puede convertirse en una experiencia deprimente de la que queremos
escapar.
Además, nuestra
esperanza debe estar en Dios, ya que ese es el único tipo de esperanza que
resistirá cada tormenta en la vida.
Vivir con
esperanza
San Juan Pablo
II habló sobre la esperanza en una teleconferencia con jóvenes durante su
visita a los Estados Unidos en 1987. Explicó cómo la esperanza es
esencial para la vida:
No
podemos vivir sin esperanza . Tenemos que tener algún
propósito en la vida, algún significado para nuestra existencia. Tenemos que
aspirar a algo. Sin esperanza, empezamos a morir.
Luego amplió
aún más este comentario, proporcionando dos ejemplos de personas que vivían con
esperanza o sin ella:
¿Por qué a
veces sucede que una persona aparentemente sana, que tiene éxito a los ojos del
mundo, toma una sobredosis de somníferos y se suicida? ¿Por qué, en cambio,
vemos a una persona gravemente discapacitada llena de gran entusiasmo por la
vida? ¿No será por la esperanza? En una ha perdido toda esperanza; en
la otra, la esperanza está viva y desbordante. Es evidente, pues, que
la esperanza no nace de los talentos y dones, ni de la salud física y el éxito;
viene de algo más. Para ser más precisos, la esperanza viene de
alguien más , de alguien más allá de nosotros mismos.
San Juan Pablo
II creía que la clave para vivir con esperanza es una fe ardiente y una
confianza en Dios:
La esperanza
viene de Dios , de nuestra fe en Dios . Las
personas de esperanza son aquellas que creen que Dios las creó con un propósito
y que Él proveerá para sus necesidades. Creen que Dios las ama como un Padre
fiel. ¿Recuerdas el consejo que Jesús dio a sus discípulos cuando parecían
tener miedo del futuro ? Él dijo: "No se preocupen
por su vida, qué van a comer, ni por su cuerpo, qué van a vestir. La
vida vale más que el alimento y el cuerpo más que el vestido.
Consideren a los cuervos: no siembran, no siegan, no tienen bodega ni granero,
y sin embargo Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que
los pájaros!" ( Lucas 12, 22-24). Sí,
Dios conoce todas nuestras necesidades. Él es el fundamento de nuestra
esperanza .
Sin esperanza
en un Dios amoroso y misericordioso, tendremos muy poco por qué vivir en esta
vida.
Cuando nos
llega una prueba, querremos evitarla a toda costa y huir de ella, sin saber el
motivo.
Sin embargo,
cuando ponemos nuestra esperanza firmemente en Dios, confiaremos en que Él
proveerá y nos ayudará a superar cualquier sufrimiento que ocurra en nuestra
vida.
Necesitamos
esperanza para mantener nuestra mirada fija en el amor que Dios quiere derramar
sobre nosotros.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia