La Iglesia Católica, con el fin de ayudar a los fieles a perseverar en su vida cristiana, ha asignado tradicionalmente a cada día de la semana un propósito de devoción especial.
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Domingo
La Enciclopedia Católica (EC) de ACI
Prensa explica que “en todos los tiempos”
el domingo estuvo dedicado al Señor.
Lunes
El
día lunes, indica la EC, a inicios de la Edad Media “estaba consagrado al culto
especial del Hijo de Dios”, pero posteriormente se
dedicó al Espíritu Santo “para implorar su
asistencia al principiar las tareas de la semana”.
Actualmente,
en “una devoción libre y voluntaria que la Iglesia aprueba sin prescribirla”,
el lunes está destinado a la oración por las almas del Purgatorio.
Martes
El
martes, señala la EC, “está generalmente consagrado al culto de los Santos
Ángeles y en especial al Ángel
custodio”.
Miércoles
La Enciclopedia Católica dice que el miércoles “es
el día elegido por la devoción para honrar a San José, y alcanzar la gracia de una buena muerte”.
Jueves
Los
jueves, por su parte, son eucarísticos, recordando que “el Hijo de Dios
instituyó en un jueves el sacramento de la Eucaristía, en el cual lega al género
humano para siempre su carne y su sangre para que la comamos y la bebamos”.
Viernes
Cada
viernes, indica la Enciclopedia Católica, “está consagrado a la Pasión”,
y recuerda que estos días la Iglesia alienta a vivir la abstinencia.
En
efecto, de acuerdo al canon 1251 del Código de Derecho Canónico “todos los
viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la
abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia
Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes
Santo”.
La
EC añade que “los fieles tienen costumbre de añadir a las tres de la tarde de
este día, a la abstinencia, la recitación de cinco Padrenuestros y cinco Ave
Marías, en honor de las cinco llagas de Nuestro Señor”.
Sábado
El
sábado, destaca, “fue durante muchos siglos tanta fiesta como los domingos, y
esto por varias razones”.
“En
primer lugar, para honrar el descanso del Señor después de la creación, y
recordar al hombre que también él, imagen de Dios, creaba en cierto modo
durante esta vida, y que entraría un día en el sábado, o el descanso eterno,
figurado por el séptimo día”.
“En
segundo lugar, se recuerda que el Salvador había escogido con frecuencia el día
del sábado para hacer curaciones y milagros, y para ir a predicar en las
sinagogas”, indica.
Cada día, dedicado a “un modelo de
virtud y santidad”
En
declaraciones a ACI Prensa, el director de la Enciclopedia Católica, José
Gálvez Krüger, advirtió que en la historia, “desde la Revolución
Francesa, hay un proceso programático de descristianizar la
sociedad”.
“Porque
la Revolución Francesa, aunque esté disfrazada con los harapos del progreso y
los derechos humanos, no es más que un movimiento anticristiano y homicida”,
apuntó.
“Todas
las revoluciones del mundo han seguido el esquema”, añadió.
En
este programa se plantea que “lo primero que hay que hacer es quitar a Dios de
la cotidianeidad, del día a día del hombre sencillo, del hombre común”.
Para
Gálvez Krüger, esto se hace patente en cómo en muchos lados se descarta “el
santoral, la dedicación de cada día a un modelo de virtud y santidad, la
santificación de las fiestas, el lenguaje arquitectónico de los templos”.
Además,
se muestra “en la prohibición de la exteriorización de la fe y de su profesión
pública, es decir procesiones, celebración pública de los sagrados misterios,
fiestas religiosas y símbolos religiosos, entre ellos el crucifijo y la imagen
de la Madre de Dios, la Virgen Gloriosa y Bendita”.
Mientras
que en la Revolución Francesa, en el esfuerzo por retirar la dedicación
cristiana de los días, llegaron a llamar a los meses como “vendimiario”,
“brumario” y “frimario”. Actualmente, criticó, “hemos llegado al absurdo de ver
que las cámaras legislativas a nivel internacional pierden su tiempo en
declarar legalmente días materialistas”.
Para
el director de la EC urge “recristianizar la sociedad comenzando desde el
hogar, desde la propia modestia en el vestir hasta el menaje doméstico (tener
una pila del agua bendita, una imagen de la Virgen)”.
También
alentó a tener especial atención al santoral católico, pues “cada día está
consagrado a la memoria de un modelo de virtud y de santidad, que la Iglesia
propone para la edificación de sus miembros”.
Por David
Ramos
Fuente: ACI