59 Jornada Mundial de las Comunicaciones que se celebra este 24 de enero en el marco del Jubileo de la Esperanza
Jornada Mundial de las Comunicaciones |
En el mensaje
del Santo Padre para la 59 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales hace
la invitación a ‘desarmar’ con la mansedumbre las formas de comunicación
hostil, para dar paso a la esperanza: “debemos sanar de las ‘enfermedades’ del
protagonismo”.
“Quisiera con
este Mensaje invitarlos a ser comunicadores de esperanza, comenzando por una
renovación de su trabajo y misión según el espíritu del Evangelio”, refiere el
Papa Francisco en el mensaje para la 59 Jornada Mundial de las Comunicaciones
que se celebra este 24 de enero en el marco del Jubileo de la Esperanza.
El Pontífice
exhorta con las palabras del apóstol Pedro: “compartan con mansedumbre la
esperanza que hay en sus corazones” (1 P 3,15-16) a desarmar la comunicación;
dar razón con mansedumbre de la esperanza que hay en nosotros”.
Iniciando el
mensaje con un repaso de la actualidad del mundo de las comunicaciones “marcado
por la desinformación y la polarización, donde pocos centros de poder controlan
un volumen de datos e informaciones sin precedentes”, dice el Pontífice.
‘Desarmar’ la
comunicación
“Desarmar la
comunicación” es una prioridad que el Papa Francisco presenta en su mensaje,
advirtiendo que “con mucha frecuencia la comunicación no genera esperanza, sino
miedo y desesperación, prejuicio y rencor, fanatismo e incluso odio”. Y
denunciando que “se usa la palabra como un puñal; se utiliza incluso
informaciones falsas o deformadas hábilmente para lanzar mensajes destinados a
incitar los ánimos, a provocar, a herir”.
“Ya he
afirmado en varias ocasiones la necesidad de ‘desarmar’ la comunicación, de
purificarla de la agresividad”.
También señala
otro fenómeno en las comunicaciones, “la ‘dispersión programada de la atención’
a través de los sistemas digitales, que, al perfilarnos según las lógicas del
mercado, modifican nuestra percepción de la realidad”.
El Santo Padre
afirma que “la esperanza es una virtud escondida, constante y paciente. Sin
embargo, para los cristianos la esperanza no es una elección opcional, sino una
condición imprescindible”.
Una
comunicación de mansedumbre
Y con la
primera carta de Pedro: «Glorifiquen en sus corazones a Cristo, el Señor. Estén
siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la
esperanza que ustedes tienen. Pero háganlo con delicadeza y respeto» (3,15-16);
indica Francisco que “encontramos una síntesis admirable donde la esperanza se
pone en relación con el testimonio y con la comunicación cristiana”, para
proponer tres mensajes: el rostro de la esperanza es Cristo resucitado, dar
razón de la esperanza, una comunicación entretejida de mansedumbre.
“La
esperanza de los cristianos tiene un rostro, el rostro del Señor resucitado. Su
promesa de estar siempre con nosotros a través del don del Espíritu Santo nos
permite esperar contra toda esperanza y ver los rastros del bien escondidos,
incluso cuando todo parece perdido”
Y señala de
manera particular el estilo de proximidad de los “compañeros de Emaús” que
“siguiendo al mayor Comunicador de todos los tiempos, Jesús de Nazaret, que a
lo largo del trayecto dialogaba con los dos discípulos de Emaús haciendo arder
sus corazones por el modo en el que interpretaba los acontecimientos a la luz
de las Escrituras”.
Expresa el Papa
Francisco sus sueños sobre el mundo de la comunicación: “que sepa hacernos
compañeros de camino”. Con la capacidad “de hablar al corazón”. Y que ayude “a
reconocer la dignidad de cada ser humano y [a] cuidar juntos nuestra casa
común”. Una comunicación “que no venda ilusiones o temores, sino que sea capaz
de dar razones para esperar”.
La enfermedad
del protagonismo
Francisco
propone un antídoto: “debemos sanar de las ‘enfermedades’ del protagonismo y de
la autorreferencialidad, evitar el riesgo de discursos inútiles. Lo que logra
el buen comunicador es que quien escucha, lee o mira pueda participar, pueda
sentirse incluido, pueda encontrar la mejor parte de sí mismo y entrar con
estas actitudes en las historias narradas. Comunicar de esa manera ayuda a
convertirse en ‘peregrinos de esperanza’, como dice el lema del Jubileo”.
Esperar juntos
Invita el Papa
a “esperar juntos” mientras se cruza la Puerta Santa del año jubilar,
permitiendo a “Dios que nos levante, a dejar que nos abrace y nos inunde de
misericordia”.
“El Jubileo
nos recuerda que cuantos trabajan por la paz «serán llamados hijos de Dios» (Mt
5,9). Así nos abre a la esperanza, nos indica la exigencia de una comunicación
atenta, tranquila, reflexiva, capaz de indicar caminos de diálogo”
Y anima a los
comunicadores “a descubrir y a contar las numerosas historias de bien
escondidas entre los pliegues de la crónica”. Encontrando semillas de esperanza
y darlas a conocer: “Esta comunicación puede contribuir a entretejer la
comunión, a hacernos sentir menos solos, a descubrir la importancia de caminar
juntos”.
No olvidar el
corazón
Finalmente, el
Papa anima a no descuidar la vida interior, dejando de manera precisa algunas
pistas: Ser mansos y no olvidar nunca el rostro del otro; hablar al corazón; no
permitir que las reacciones instintivas guíen la comunicación; Sembrar
esperanza siempre, aun cuando sea difícil; practicar una comunicación que sepa
sanar las heridas de nuestra humanidad. Y dar espacio a la confianza del
corazón; ser testigos y promotores de una comunicación no hostil, que difunda
una cultura del cuidado, y contar historias llenas de esperanza, teniendo en
cuenta nuestro destino común y escribiendo juntos la historia de nuestro
futuro.
“Todo esto
pueden y podemos hacerlo con la gracia de Dios, que el Jubileo nos ayuda a
recibir en abundancia. Rezo por esto y los bendigo a cada uno de ustedes y a su
trabajo”, concluye el Papa su mensaje el día de la memoria de San Francisco de
Sales, y cuando en Roma se desarrolla el Jubileo del mundo de las
comunicaciones.
Texto completo del Mensaje de la LIX Jornada Mundial de las
Comunicaciones Sociales 2025
Johan Pacheco
Fuente: Vatican News