Jesús, Jesús
Dominicas de Lerma |
Hola, buenos
días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Con tantos
villancicos, me he dado cuenta de algo... ¡me paso el día cantando! Lo bueno es
que así, a lo largo del día, puedo acordarme constantemente del Señor. Pero
cuando llega la hora de descansar y no hay manera de sacarme la musiquilla de
la cabeza, la cosa cambia.
Sin embargo,
desde hace algunos años tengo un truco infalible: me pongo a cantar mentalmente
una canción cuya letra consiste únicamente en repetir una palabra: “Jesús”.
¡Qué descanso! La paz llega a mi mente, y todas las demás músicas se apagan.
Me hizo gracia
que esto me sucediera precisamente hoy, cuando la Iglesia celebra una fiesta
muy especial: el Santísimo Nombre de Jesús.
José y María le
pusieron este nombre al Señor porque así se lo indicó el ángel. En su cultura,
el nombre es muy importante, pues su significado hace alusión a la misión
innata de la persona. Jesús, que significa "Dios salva", refleja
exactamente lo que Él vino a realizar.
Así que, al
cantar su Nombre o simplemente invocar al Señor llamándolo, ya estamos
proclamando nuestra fe: es afirmar que creo que Él es mi Salvador.
Normalmente
llevamos muchas cosas en el corazón: acontecimientos, tareas pendientes,
preocupaciones... Esto es propio de nuestra existencia y nos impulsa a crecer,
a superarnos y a aprender a amar. Sin embargo, cuando esas cosas hacen
demasiado ruido en nuestra mente, la "música" puede volverse un poco
pesada.
Es el momento
de proclamar el Nombre de Jesús. Ante Él, todo eso se acalla. Solo necesitamos
volver a mirarlo y confiar. Pronunciar su Nombre es iniciar una conversación
con Él, que siempre está con nosotros. Y cuando le permitimos ser Dios y
salvarnos, llena todo de paz y orden. Desde Él, vemos las cosas con más
realismo, y con su Luz podemos acometer todo con tranquilidad.
Tendremos que
descubrir nuevos métodos, aplicar medidas y encontrar soluciones. Pero todo
esto debe partir de la confianza, de la certeza de saber que Él siempre nos
cuida; que si caemos, nos levantará, y si nos elevamos demasiado, nos hará
volver a nuestra realidad.
Hoy el reto del
amor es llamar a Jesús. Él siempre está. Pero, ¿no te pasa que cuando estás con
alguien en una misma habitación y quieres decirle algo, lo llamas por su
nombre? Háblale. ¡Él está contigo!
VIVE DE CRISTO
¡Feliz día!
03 enero 2025
Fuente: Dominicas de Lerma