CÓMO CONVERTIRSE EN UNA ABUELA SANTA CON ESTOS CINCO PASOS

¿Puede una abuela convertirse en guía y apoyo de sus nietos sin socavar la autoridad de los padres?

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La abuela es un tesoro infravalorado y un apoyo en la crianza de los nietos. ¿Cuál es su papel? Intuitivamente, pensamos que no debe competir con los padres, pero ¿estamos seguros de que "los padres están para criar, las abuelas para mimar"?

Mujeres santas, madres y abuelas de santos

Entre los canonizados, hay bastantes madres que criaron santos: pensemos en santa Isabel, madre de san Juan Bautista, o en Celia Martin, madre de santa Teresa. ¿Ha oído hablar de las abuelas santas? Son mujeres que no solo criaron a sus propios hijos, sino que vivieron para ver a sus nietos santos. Todo el mundo conoce a santa Ana, madre de María y abuela de Jesús. Y hay más.

Una de las figuras más interesantes es santa Macrina la Vieja, madre de san Basilio el Viejo y abuela de muchos santos, entre ellos san Basilio el Grande y san Gregorio de Nisa (obispos y teólogos), san Pedro de Sebaste (obispo y monje) y santa Macrina la Joven (que dedicó su vida al ascetismo, la oración y la Escritura).

Por las memorias escritas por sus nietos, sabemos que fueron ellas quienes les transmitieron enseñanzas de la Iglesia, especialmente Basilio y Gregorio, que desempeñaron un papel clave en la formulación final del Credo Niceno. Este ejemplo demuestra que una abuela puede hacer por sus nietos mucho más que mimarles y darles de comer cenas caseras.

Consejos para ser una abuela santa

1. Integridad: vivir en armonía con los valores

Ser una abuela santa empieza por la integridad: vivir en armonía con el propio sistema de valores. Una abuela que ha tomado buenas decisiones y se guía por principios de fe muestra a sus nietos que vivir de acuerdo con estos principios da sus frutos.

La sabiduría vital que puede transmitirse a la generación más joven adquiere más valor cuando los nietos ven la autenticidad: el hecho de que la abuela no solo habla de valores, sino que también los vive. Esta actitud se convierte en una inspiración a emular.

2. Un oído dispuesto a escuchar

Los niños y los jóvenes necesitan a alguien que les escuche sin juzgarles. Una abuela santa esta abierta a la conversación y dispuesta a escuchar pacientemente incluso las historias más difíciles.

Los nietos deben sentir que la abuela es su aliada y que hablar con ella es un espacio donde pueden expresar sus pensamientos, preocupaciones y sueños.

3. Cooperación con los padres, no competencia

Una abuela santa respeta la autoridad de los padres sobre sus nietos. Aunque no esté de acuerdo con algunas de sus decisiones, se abstiene de socavar su posición ante los niños. En lugar de criticar o ridiculizar, la abuela puede sugerir alternativas de forma no conflictiva.

Por ejemplo, si los padres permiten que sus hijos utilicen excesivamente el smartphone, la abuela puede establecer una norma en su casa para que el tiempo en su casa se pase sin conexión, ofreciendo en su lugar actividades interesantes, como cocinar juntos, contar historias en familia o salir a pasear.

4. Límites del cuidado y la responsabilidad

La abuela debe evitar interferir en las decisiones de los padres a menos que sus acciones supongan una amenaza real para la salud o la vida del niño, como en situaciones de violencia, alcoholismo o drogadicción. En tales casos, la abuela tiene el deber de proteger a sus nietos.

Por otro lado, en situaciones menos críticas, como disputas sobre la dieta o los métodos de crianza, conviene recordar que la abuela tiene derecho a expresar su opinión, pero siempre dentro del respeto a las decisiones de los padres y en privado, no en presencia de los nietos.

5. Crear buenos recuerdos

Una abuela santa no es solo consejera y oyente, sino también heroína y creadora de bellos momentos que los nietos recordarán toda la vida. Merece la pena crear recuerdos que se conviertan en un tesoro de experiencias positivas: hornear juntos, jugar a juegos de mesa, ir de viaje, contar historias de antaño, enseñar canciones, etc.

Estas actividades no solo enriquecen el vínculo entre abuela y nietos, sino que también les muestran que la vida fuera de la red puede estar llena de alegría y aventuras.

Bogna Białecka

Fuente: Aleteia