En un post de su cuenta en X, @Pontifex, el Papa invita a contemplar la representación de la Natividad: el verdadero espíritu de la fiesta reside en la «belleza de ser amado por Dios»
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En estos días
en los que la Iglesia vive el tiempo litúrgico de la Navidad, el pesebre es el
signo por excelencia, tal y como lo definió el Papa Francisco en la carta
apostólica de 2019, Admirabile signum , en la que reflexiona sobre su
significado y valor. Y es frente al pesebre que hoy, 30 de diciembre, el Papa
invita con un post en X a "mirar" la "luz y la paz, la pobreza y
el rechazo" de la venida de Cristo. Desde su cuenta @Pontifex, Francisco nos insta a entrar en "la
verdadera #Navidad con los pastores", a llevar "a Jesús lo que
somos", porque es "en Jesús" donde podemos saborear "el
verdadero espíritu de la Navidad: el belleza de ser amado por Dios."
Sentirse
implicado en la historia de la salvación
El belén
"es como un Evangelio vivo, que brota de las páginas de la Sagrada
Escritura", escribe Francisco en el Admirabile signum , y
al contemplarlo "estamos invitados a emprender espiritualmente un camino,
atraídos por la humildad de Aquel que se hizo hombre para encontrarse con todo
hombre." La exhibición, "inventada" por San Francisco en
Greccio, en 1223, encuentra su lugar en los hogares, las iglesias y las calles
durante el período navideño, "ayuda a revivir la historia vivida en
Belén" y, con sus figurillas, los diferentes escenarios, los paisajes y
los diversos personajes que la pueblan, "nos invita a sentirnos implicados
en la historia de la salvación, contemporáneos del acontecimiento que está vivo
y actual en los más diversos contextos históricos y culturales" y también
"a "sentir", "tocar" la pobreza que el Hijo de Dios
eligió para sí en su Encarnación", añade el Papa. En la representación
sagrada hay implícita una llamada a seguir a Cristo "por el camino de la
humildad, de la pobreza, de la del despojo, que desde el pesebre de Belén
conduce a la Cruz", señala luego Francisco, "un llamado a encontrarlo
y servirlo con misericordia en nuestros hermanos más necesitados".
Reúnanse frente
al belén
Todo en el
belén tiene su propio significado, precisa el Papa en la Carta Apostólica que
le dedicó, como el cielo estrellado -un recordatorio de la noche que a veces
"rodea nuestra vida" pero donde Dios se hace presente-, en "
ruinas de casas" y edificios antiguos -"signo visible de la humanidad
caída, de todo lo que se arruina, que está corrupto y entristecido" pero
que Jesús "vino a sanar y reconstruir"-, o a los pobres y mendigos
-que nos recuerdan "que Dios se hace hombre para aquellos que más sienten
necesidad de su amor y piden su cercanía". Y además el belén es un
"lugar" de apelación, un lugar de encuentro, de reflexión, de
meditación. Como indicó Francisco a los empleados del Vaticano el pasado 21 de
diciembre, enviándoles felicitaciones navideñas, instándolos a "buscar
algunos momentos para reunirse, alrededor del belén, para dar gracias a Dios
por sus dones, para pedirle ayuda para el futuro". Y reunirse en torno al
pesebre es también una oportunidad para renovar mutuamente el "cariño ante
el Niño Jesús".
Tiziana
Campisi - Ciudad del Vaticano
Fuente: Vatican News