Las diócesis de Santiago de Compostela, Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol se han unido en un nuevo seminario interdiocesano, que precisamente han sido recibidos este jueves por el Papa en el Vaticano
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Foto: Vatican Media |
En la audiencia
con formadores y seminaristas del Seminario Mayor Interdiocesano Apóstol
Santiago, el Papa ha subrayado que, en la formación para el sacerdocio, el
objetivo es llegar a ser «pastores del Pueblo de Dios, pastores forjados según
la medida del Corazón de Cristo, humilde y misericordioso»
Ha pasado poco
más de un año de la reunión que mantuvieron los obispos españoles Francisco y
con los responsables del Dicasterio para el Clero para abordar la renovación de
los seminarios españoles y mejorar así la formación de los futuros sacerdotes.
Galicia ha sido uno de los primeros territorios eclesiásticos que han dado
pasos concretos para aplicar los criterios establecidos por la Santa Sede. Las
diócesis de Santiago de Compostela, Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol se
han unido en un nuevo seminario interdiocesano, que precisamente han sido
recibidos este jueves por el Papa en el Vaticano.
El Pontífice ha
puesto en valor esta nueva realidad que ha sabido sacar jugo de la experiencia
de comunión con otras diócesis y que ha servido de enriquecimiento para los
propios seminaristas, al estar en contacto con otros de diversos
lugares y realidades.
«Sé que desde
septiembre están viviendo una nueva modalidad como Seminario Interdiocesano,
uniendo las diócesis de Santiago de Compostela, Tui-Vigo y Mondoñedo-Ferrol.
Les agradezco su disponibilidad. Los animo a seguir adelante con fortaleza y
esperanza renovadas», les ha dicho. Además, ha elogiado que —con el rector,
José Antonio Castro Lodeiro, a la cabeza— los jóvenes seminaristas hayan
cumplido una peregrinación hasta el Vaticano. «Conocen bien, y ahora vienen
como peregrinos a Roma, tras las huellas del apóstol Pedro y de otros fieles
seguidores de Jesús. Como dicen en su tierra, ¡buen camino!», ha exclamado.
Como no podía ser de otra manera, el Pontífice se ha referido al núcleo de la
reforma de los seminarios que es precisamente la formación de los futuros
sacerdotes. En este sentido, ha dejado claro que el objetivo es que lleguen a
ser «pastores del Pueblo de Dios, pastores forjados según la medida del Corazón
de Cristo, humilde y misericordioso». Asimismo, les ha pedido que recuerden que
en el camino no están solos. «No tengan miedo de abrir el corazón al Señor y
dejarse acompañar por Él, para que vaya modelando sus vidas», ha asegurado.
El Pontífice ha
seguido con la metáfora del camino para además de referirse al itinerario
formativo que están realizando, hablar de su vocación. Como peregrinos,
primero, «sentimos una llamada, que nos impulsa a salir de nosotros mismos;
luego, nos lanzamos a la aventura y empezamos a caminar, a lo largo de
diferentes momentos y etapas. Finalmente, llegamos a la meta». Además, ha
aprovechado el encuentro para avisarles de que en su vida como futuros
sacerdotes irán encontrando a «muchas personas diferentes, algunas tal vez
estarán atravesando momentos difíciles, estén heridas o no conozcan a Dios».
Francisco les ha pedido que sean para todas ellas «testigos de la alegría del
Evangelio, bríndenles la ternura y el consuelo del Señor para que sane las
ampollas del camino». Y ha agregado en este sentido: «No dejen de ser esas
“flechas amarillas” que, como san Juan Bautista, señalen a Jesús y digan a
todos, con sus palabras, pero también y sobre todo con su modo de vivir: “Este
es el Cordero de Dios” (Jn 1, 29)».
Victoria Isabel Cardiel C.
Fuente: Alfa y Omega