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Cada año,
cuando llega el 9 de noviembre, muchos católicos se rascan la cabeza al
escuchar que es la fiesta de la " Dedicación de San Juan de Letrán ".
A menudo la
primera pregunta es: "¿Qué es San Juan de Letrán?"
Después de
descubrir que se trata de una iglesia
en Roma , la segunda pregunta es: "¿Por qué me importa?"
La celebración
de una iglesia aparentemente aleatoria en Roma puede ser desconcertante, pero
después de descubrir el simbolismo detrás de la fiesta, tiene
mucho más sentido.
Madre de
todas las iglesias
Antes del siglo
IV, a los cristianos generalmente no se les permitía construir iglesias
públicas, y se veían obligados a reunirse en las casas de la gente o en las
catacumbas.
El Papa
Benedicto XVI explicó en un mensaje del Ángelus en 2008 cómo el edicto del
emperador Constantino en el año 313 allanó el camino hacia la primera iglesia
física, que luego se convirtió en la "madre" de todas las iglesias:
La liturgia de
hoy nos hace celebrar la Dedicación de la Basílica de Letrán, llamada « madre
y cabeza de todas las Iglesias de la Urbe y del
Orbe ». En realidad, esta Basílica fue la
primera que se construyó después del Edicto del Emperador Constantino que,
en el año 313, concedió a los cristianos la libertad de practicar su religión.
El mismo Emperador entregó al Papa Milcíades el antiguo patrimonio de la
familia de los Lateranos y mandó construir para él la Basílica, el Baptisterio
y el Patriarcado, residencia del Obispo de Roma, donde residieron los Papas
hasta la época de Aviñón. La dedicación de la Basílica fue celebrada por el
Papa Silvestre en torno al año 324 y el templo fue dedicado al Santísimo
Salvador; sólo después del siglo VI se añadieron los nombres de san Juan
Bautista y san Juan Evangelista, de donde proviene su nombre común.
Esto
ciertamente es significativo, ya que espiritualmente hablando nuestras
iglesias parroquiales locales derivan de alguna manera de San Juan de
Letrán.
Piedras
vivas
En segundo
lugar, esta fiesta ha sido siempre una manera de poner de relieve que somos
“piedras vivas”, como señala el Papa Benedicto XVI en su discurso:
La Palabra de
Dios en esta solemnidad recuerda una verdad esencial: el templo de piedra es el
símbolo de la Iglesia viva, de la comunidad cristiana, que los apóstoles Pedro
y Pablo ya habían entendido en sus cartas como «edificio espiritual»,
construido por Dios con las « piedras vivas» que son los
cristianos, sobre el único fundamento que es Jesucristo, comparado a su vez a
la «piedra angular» (cf. 1 Co 3, 9-11. 16-17; 1 P 2, 4-8; Ef 2, 20-22).
«Hermanos, vosotros sois el edificio de Dios», escribe san Pablo, y añade: «El
templo de Dios es santo, y vosotros sois ese templo» (1 Co 3, 9c. 17).
La oración
colecta de esta fiesta también recuerda este simbolismo:
Oh Dios, que
con piedras vivas y escogidas preparaste una morada eterna
para tu majestad, aumenta en tu Iglesia el espíritu de gracia que has otorgado,
para que con un nuevo crecimiento tu pueblo fiel edifique la Jerusalén
celestial. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos.
Aunque la
Dedicación de San Juan de Letrán pueda parecer casual, la Iglesia en su
sabiduría continúa celebrándola, recordando todo el simbolismo que encierra
esta fiesta.
Philip Kosloski
Fuente:
Aleteia