El Papa Francisco animó a los jóvenes a rezar el Rosario, no como una oración “monótona y repetitiva” sino como “un acto de amor”, en su mensaje por los 150 años de la llegada del cuadro de la Virgen del Rosario a Pompeya en Italia.
Rosario. | Crédito: Dolina Moditwy / Unsplash. Dominio público |
El Papa Francisco destacó además que “es bello
redescubrir el Rosario, en esta perspectiva, para asimilar los misterios
de la vida del Salvador, contemplándolos con la mirada de María.
El Rosario, instrumento sencillo al alcance de todos, puede sostener la
renovada evangelización a la que hoy está llamada la Iglesia”.
“El
Rosario es además fuente de consuelo para los enfermos y los sufrientes, ‘una
dulce cadena que nos une a Dios’, pero también una cadena de amor que se hace
abrazo para los últimos y marginados, como eran, a los ojos de Bartolo Longo,
sobre todo los huérfanos y los hijos de los encarcelados”.
El Beato
Bartolo Longo, fundador del Santuario de la Virgen del Rosario
en Pompeya, fue un gran difusor de esta devoción, y fue quien llevó el cuadro
mariano a ese lugar el 13 de noviembre de 1875.
Recordando
su visita
a Pompeya en marzo de 2015, el Papa Francisco hizo votos para
que “el Señor pueda también hoy hablar a la humanidad necesitada de redescubrir
el camino de la concordia y de la fraternidad, mediante el mensaje de Nuestra
Señora de Pompeya”.
“Espero
—auspició el Santo Padre— que sus numerosos devotos en todo el mundo se
adhieran cada vez más fielmente al Señor, dando testimonio ante sus hermanos,
especialmente a los más necesitados”.
Por Walter
Sánchez Silva
Fuente: ACI