Con el Congreso de Vocaciones «no nos estamos planteando mejorar nuestra oficina de recursos humanos», sino «que la gente se plantee la vida como vocación», ha dicho Luis Argüello
Presentación Congreso de Vocaciones. Foto: José Calderero de Aldecoa. Dominio público |
En realidad «no estamos preparando un evento, sino que lo que queremos es entrar en una dinámica, en un proceso, para que se vaya cambiando la mentalidad», ha añadido Luis Manuel Romero, secretario del Servicio de Pastoral Vocacional. La idea es dejar de identificar vocación exclusivamente con ordenación sacerdotal. Existe, por ejemplo, «la vocación al matrimonio o a la vida consagrada».
Un cambio que también se busca que se dé en las propias estructuras de la Iglesia. «Hay que reconocer que hoy en día las delegaciones de pastoral vocacional suelen estar pilotadas por sacerdotes y están mayoritariamente orientadas al seminario. Queremos romper con esa cultura, y que en esta pastoral se puedan involucrar también laicos y consagradas y que se difunda esta idea de la vida como vocación», ha subrayado Romero.
En este sentido, otra realidad que el Congreso pretende modificar en el planteamiento de la pastoral de las opciones: «Hay estas opciones y el sujeto elige». No, «hoy la pastoral de la opción es insuficiente, porque en ella la gente se marca un camino y no se entrega con toda la vida», ha asegurado Luis Argüello, al mismo tiempo que ha desbaratado la idea del Congreso como una agencia de colocación. «No nos estamos planteando mejorar nuestra oficina de recursos humanos».
Cultura vocacional
Durante su intervención, el presidente de la CEE ha rememorado los orígenes del Congreso, que tiene que ver con la celebración del Congreso de Laicos en 2020 y con el planteamiento que san Juan Pablo II hizo para la Iglesia en Europa. «Él hablaba de una cultura vocacional», que «tiene tres dimensiones: una antropológica, otra con la propia vida de la Iglesia y la Iglesia en su relación con la sociedad».
Sobre la primera, Argüello ha recordado que «nadie ha hecho oposiciones para venir a la vida. Somos don y solo si se vive así se encuentra un sentido». En este sentido, ha aludido a una reciente conversación con varios jóvenes que fueron a Valencia a ayudar tras la riada. «Me decían que habían visto que casi estorbaban allí, pero la gente estaba contenta porque hubiéramos ido y nosotros, a pesar del cansando, sentíamos algo dentro de nosotros que nos removía por dentro. Esa es la propuesta de fondo antropológica».
Respecto de la Iglesia, el arzobispo de Valladolid ha reflexionado sobre «la sinodalidad», sobre «la importancia de todas las vocaciones en la Iglesia» y sobre la «celebración de la Eucaristía» como «expresión del ser y la misión de la Iglesia».
Por último, el purpurado ha aseverado que «la propuesta de la vida como vocación es una aportación social. Si os fijáis, la imagen fuerte del spot del Congreso es un matrimonio, que es «la vocación más en crisis en la actualidad». El mismo Papa «me confesó la última vez que estuve con él que cuando llegó de Argentina a Europa le impresionó que aquí la gente no tenía hijos».
José
Calderero de Aldecoa
Fuente: Alfa y Omega