El Papa Francisco presidió hoy la Santa Misa en sufragio 7 cardenales y 116 obispos fallecidos en el último año desde el altar de la Cátedra en la Basílica de San Pedro del Vaticano
El Papa Francisco durante la Misa de este 4 de noviembre Crédito: Daniel Ibáñez/ EWTN News. Dominio público |
“No es un discípulo el que las pronuncia, no es uno de aquellos
que siguieron a Jesús por las calles de Galilea y compartieron con Él el
pan en la Última Cena. El hombre que se dirige al Señor es, en cambio, un
malhechor. Uno que lo encuentra sólo al final de su vida, uno cuyo nombre
desconocemos” resaltó.
Según el Santo Padre, este condenado “nos representa a todos,
podemos darle nuestro propio nombre. Podemos, sobre todo, hacer nuestra su
súplica: ‘Jesús, acuérdate de mí’. Mantenme vivo en tu memoria”.
En este sentido, puntualizó que recordar significa “traer de
nuevo al corazón”, volver a poner en el corazón. Aquel hombre, crucificado
junto a Jesús, “transforma un gran dolor en oración: Jesús, llévame en tu
corazón”, añadió el Pontífice.
Remarcó asimismo que “no lo pide con voz de angustia, como la de
un derrotado, sino con un tono lleno de esperanza”.
“Esto es todo lo que desea el delincuente que muere como
discípulo de última hora: busca un corazón que lo acoja. Esto es todo lo que
vale para él, ahora que se encuentra desnudo frente a la muerte. Y el Señor
escucha la oración del pecador, hasta el último momento, como siempre”,
afirmó.
Traspasado por el dolor, continuó el Pontífice, “el corazón de
Cristo se abre para salvar el mundo: acoge, moribundo, la voz del que
muere. Jesús muere con nosotros, porque muere por nosotros”.
También aseguró que “el recuerdo de Jesús es eficaz, porque es
rico en misericordia. Mientras la vida del hombre mengua, el amor de Dios
libera de la muerte”.
“Entonces el condenado es redimido, el desconocido se vuelve
compañero; un breve encuentro en la cruz durará por siempre en la paz”,
subrayó.
“¿Cómo encuentro a Jesús? o mejor aún, ¿cómo me dejo encontrar
por Jesús? ¿Me dejo encontrar o me encierro en mi egoísmo, en mi dolor, en mi
suficiencia? ¿Me siento pecador para dejarme encontrar con el Señor? ¿Me siento
justo y le digo ‘tú no me sirves’, sigue adelante?”, preguntó a los fieles el
Santo Padre.
El Papa Francisco señaló también que “Jesús se acuerda de los
que están crucificados junto a Él. El cuidado que les tiene, hasta el
último respiro, nos hace reflexionar: hay distintos modos de recordar a las
personas y a las cosas”.
“Se pueden recordar los agravios, recordar los asuntos
pendientes, recordar a los amigos y a los enemigos. ¿Cómo están las
personas dentro de nuestro corazón? ¿Cómo recordamos a los que han pasado
junto a nosotros en las experiencias vividas?”, preguntó.
En este sentido, afirmó que “volviéndose al corazón de Dios, los
hombres de todos los tiempos pueden esperar la salvación, aun cuando a
los ojos de los insensatos parecían muertos”.
“La memoria del Señor custodia, en efecto, toda la historia: Él
es su juez, compasivo y rico en misericordia”, dijo el Santo Padre, al
tiempo que destacó las 3 actitudes de Jesús: “Compasión, ternura y
misericordia”.
Más tarde, pidió rezar por los cardenales y obispos fallecidos
en este último año, quienes han sido “pastores y ejemplo para el rebaño del
Señor; que ahora se sienten a su mesa, después de haber partido en la
tierra el Pan de vida”.
“Amaron a la Iglesia; recemos para que
gocen de la compañía eterna de los santos. Esperemos, con firme esperanza,
alegrarnos con ellos en el paraíso”. Por último, invitó a los
presentes en la Misa a decir en alto: “Jesús, acuérdate de nosotros”.
Por Almudena Martínez-Bordiú
Fuente: ACI