Lo escribió para un libro programático del Veritas Amoris Project
![]() |
Benedicto XVI junto con Livio Melina, ex presidente durante diez años del Pontificio Instituto Juan Pablo II y editor de este texto inédito. Dominio público |
En
él recuerda que tras el Concilio
Vaticano II se difundió ampliamente en la cristiandad católica una
"atmósfera inicialmente concebida de forma unilateral como demolición de
los muros, por lo que en algunos ambientes se temió -o se aguardó con alegría- el final del catolicismo". Fue
la "determinación" de Pablo VI y de Juan Pablo II la que pudo "asegurar de nuevo a la
Iglesia -humanamente hablando- su propio espacio en la historia
posterior".
En
ese sentido, muchos creyeron que la elección en 1978 de un Papa proveniente de
un país bajo la férula soviética facilitaría la entonces ansiada "conciliación de cristianismo y
marxismo". Pero "la necedad de esa postura se hizo evidente en cuanto se
vio que un Papa proveniente de un mundo socialista conocía perfectamente su injusticia" y
contribuiría decisivamente a la caída del comunismo en 1989.
Pero
"el ocaso de los regímenes marxistas está lejos de haber significado la
victoria espiritual del cristianismo", reconoce Benedicto: al contrario,
"la mundanidad
radical se revela como la auténtica visión dominante que roba cada vez más al cristianismo
el espacio para vivir".
Ratzinger
remonta ese proceso a "los inicios de la modernidad", la cual "apela a la libertad del
hombre" desde Lutero y Erasmo hasta las dos
guerras mundiales, cuando "marxismo y liberalismo se radicalizaron
dramáticamente" y llevaron la idea de libertad "a un radicalismo antes inimaginable".
Tanto,
que hoy "se niega que el hombre, como ser libre, se encuentre vinculado de
alguna manera a una
naturaleza que determine el espacio de su libertad": "Hoy el hombre
ya no tiene una naturaleza, sino que 'se hace' a sí mismo. Ya no existe una
naturaleza del hombre, él mismo decide si es varón o mujer. Es el hombre mismo quien produce al
hombre y decide así sobre el destino de un ser que ya no proviene de las manos
de un Dios creador, sino del
laboratorio de las invenciones humanas".
"La abolición del Creador como
abolición del hombre se convierte así en la auténtica amenaza para la fe", deduce Benedicto XVI,
y "ésa es la gran tarea que se le presenta hoy a la teología", que
podrá resolverla "solo si el ejemplo de vida de los cristianos es más fuerte que
el poder de las negaciones que nos rodean y que prometen una falsa
libertad".
Este
problema no se resolverá solo a nivel teórico, dice Ratzinger, pero la solución
también hay que buscarla "a nivel del pensamiento". E ilumina esta
reflexión con referencia a dos
momentos en la historia en los que la naturaleza y la libertad se
identifican: el pecado original de Adán y el "pago del rescate" por parte de Jesucristo, el "nuevo
Adán".
Ello
permite "un nuevo comienzo en la Historia" porque a partir de
entonces la naturaleza, aunque "necesitada de corrección", ha sido
redimida, y las nuevas culpas pueden sanarse con "el sacramento del
perdón", lo que engarza el discurso con "la doctrina de los sacramentos" y su
"clara necesidad".
¿Por qué en este libro?
Al valor intelectual intrínseco de
esta contribución de Benedicto XVI se suma la significación de su aporte a este volumen.
La verità dell'amore, al igual que el
libros que se publicó en español en 2002 con el mismo título pero diverso
contenido, La verdad del amor, forma parte de la
iniciativa Veritas Amoris Project.
El
proyecto Veritas Amoris Project nació en 2019 para continuar la línea mantenida hasta entonces por el
Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia
tras los importantes cambios introducidos ese año en él por Francisco y el arzobispo Vincenzo Paglia. El proyecto
contó desde el principio con el apoyo del Papa emérito y tuvo su puesta de
largo en mayo de 2021 en un congreso organizado por la diócesis de Alcalá de
Henares, bajo el patrocinio de su entonces obispo Juan Antonio Reig Pla.
Veritas
Amoris Project es una asociación de estudiosos centrada en la verdad del amor como clave para
comprender el misterio de
Dios, de la persona humana y del mundo, inspirándose en las enseñanzas de Juan
Pablo II y Benedicto XVI sobre la teología del cuerpo y sobre una pedagogía del
amor especialmente atenta a la fragilidad humana, en la línea del
acompañamiento que pide Francisco para que el hombre viva estas verdades en su
plenitud.
El
volumen recientemente aparecido en Italia contiene las doce tesis del Veritas
Amoris Project, explicitadas en sendos capítulos por otros tantos autores.
El "gran interés" del Papa
emérito
En
el prólogo, el arzobispo Georg
Gänswein, quien fuera secretario del Papa Joseph Ratzinger hasta su muerte,
explica por qué se publica ahora "en este contexto". Dice que
Benedicto XVI, "que siempre sostuvo la primacía del Logos sobre
la pastoral y sobre la praxis", siguió "con gran interés" los primeros pasos del Veritas Amoris
Project, de los que le fue informando el profesor Melina. Más aún, quiso
contribuir teológicamente a él con el texto que ahora ve la luz.
Ratzinger
-explica quien fuera prefecto de la Casa Pontificia- quiso fundamentar teológicamente
que la diferencia entre el
hombre y la mujer pertenece a la constitución originaria del ser
humano como criatura de Dios. Para Benedicto XVI, la negación actual de que la
diferencia sexual forma parte del núcleo de lo humano procede de una forma de
entender la libertad que nace con la Modernidad y la concibe como un dominio despótico sobre la
naturaleza y el propio cuerpo.
El
texto inédito se convierte así, dice Gänswein, en el "pórtico" para las doce tesis del Veritas Amoris
Projecto, "que proponen un prometedor recorrido por la teología y una
pastoral fecunda para el matrimonio y la familia".
La Verdad, fundamento de la pastoral
Por
su parte, al introducir el texto, Livio Melina, quien presidió entre 2006 y
2016 el Pontificio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio
y Familia, señala que "la tentación para la Iglesia de hoy es adaptarse a la visión mundana de
una verdad privada y de un amor como mero sentimiento. Entonces la misma fe
cristiana se deforma, atrapada en el emotivismo e incapaz de sostener el bien común".
Frente a esa tentación, el Veritas Amoris Project busca "salvar una
comunión viva en la que se anima a la búsqueda de la verdad", porque "el amor salva al
hombre si es inseparable de la verdad".
Y,
de hecho, las doce tesis, expuestas en sendos capítulos por sendos autores,
quieren estructurar "la relevancia de la 'verdad del amor' para los
distintos ámbitos de la
teología y de la pastoral".
El
volumen está dedicado a Stanislaw
Grygiel, quien fuera amigo personal de Juan Pablo II y que falleció en febrero de 2023. Un
trabajo suyo ilustra su sintonía con las tesis del proyecto.
C. L.
Fuente: ReL