En la Iglesia Católica, septiembre es considerado como el mes de la Biblia, el libro sagrado que contiene la Palabra de Dios escrita. Por ello les compartimos 5 datos que se debe tener en cuenta sobre la Sagrada Escritura.
De acuerdo a
la Enciclopedia Católica el término “Biblia” proviene
del griego y significa “los libros”. Así es como se le ha llamado desde los
primeros siglos del cristianismo. A lo largo de los siglos recibió también
otros nombres. San Jerónimo, Padre de la Iglesia y quien la tradujo al latín,
la llamaba “La Biblioteca Divina”. Las “Escrituras” y “Sagrada Escritura” son
otras formas de referirse a ella.
La Biblia
contiene 73 libros y está dividida en Antiguo Testamento (AT) y Nuevo
Testamento (NT). El término “testamento” viene del hebreo berîth, que
significa alianza.
Los volúmenes
del AT son 46 y fueron escritos antes de la venida de Cristo. Se agrupan en el
Pentateuco, Libros Históricos, Libros Poéticos y Sapienciales, y Libros
Proféticos. Mientras que el NT está conformado por 27 libros y contiene los
Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, las Epístolas o cartas y el
Apocalipsis.
En
la Biblia hay libros que fueron escritos en hebreo, otros en
arameo y también en griego. Con el paso de los siglos se buscó traducirlos al
latín y más adelante a otros idiomas.
Antes
de la invención de la imprenta, diversos “copistas” tuvieron la tarea de
transcribir a mano los textos sagrados para lograr su permanencia en el tiempo.
Por otro lado, en la antigüedad, durante las Misas,
las lecturas tomadas de la Biblia se proclamaban oficialmente en latín hasta el Concilio
Vaticano II, que permitió la celebración de la Eucaristía en otras
lenguas.
Una
de las principales razones es San Jerónimo, considerado el traductor más
importante de la Biblia. La tradujo al latín y su obra fue
llamada “la Vulgata”. La fiesta de este gran santo, que murió en Belén en
el 420, es cada 30 de septiembre.
La Red de Librerías Paulinas indica
que otras confesiones cristianas también celebran a la Biblia en este mes
porque un 26 de septiembre de 1569 se terminó de imprimir en español la Biblia
del Oso, cuya edición tenía en la tapa un dibujo de este animal comiendo miel.
Fue traducida por Casiodoro de Reina y posteriormente revisada por Cipriano de
Valera, dando origen a la Biblia Reina Valera.
En
este mes, las parroquias católicas del mundo suelen promover un mayor
conocimiento y lectura de la Biblia con cursos formativos, charlas y
celebraciones de la Palabra. Hay familias que acostumbran tener un altar con el
Libro Sagrado abierto, en un lugar visible de la casa, y leer un pasaje bíblico
cada día.
Por
otro lado, en la web de la Biblia Católica para Jóvenes se pueden encontrar
numerosos recursos gratuitos para profundizar en la riqueza espiritual que nos
da la Biblia. Más información aquí.
Por Abel
Camasca
Fuente: ACI