La Liturgia de las Horas está pensada para conducirnos a una celebración aún más profunda de la Eucaristía porque podría ser una prolongación de la Misa
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Joa Souza | Shutterstock |
El Catecismo
de la Iglesia Católica explica cómo rezar la Liturgia de las Horas puede ser un
tipo de oración exigente:
"La
celebración de la Liturgia de las Horas exige no solo armonizar la voz con el
corazón orante, sino también una más profunda "comprensión de la liturgia
y de la Biblia, especialmente de los Salmos". CEC 1176
Sin embargo, son precisamente estas exigencias las que pueden
abrirnos a los diversos elementos del Oficio Divino que profundizan nuestra
comprensión de la Biblia y de la celebración litúrgica de la Misa:
"Los
himnos y letanías de la Liturgia de las Horas integran la oración de los salmos
en la época de la Iglesia, expresando el simbolismo de la hora del día, del
tiempo litúrgico o de la fiesta que se celebra. Además, la lectura de la
Palabra de Dios en cada Hora (con las consiguientes respuestas o troparia) y
las lecturas de los Padres y maestros espirituales en determinadas Horas,
revelan más profundamente el sentido del misterio que se celebra, ayudan a
comprender los salmos y preparan para la oración silenciosa. La lectio divina,
en la que la Palabra de Dios es leída y meditada de tal modo que se convierte
en oración, está así enraizada en la celebración litúrgica". CEC 1177
El Catecismo
llega a nombrar la Liturgia de las Horas como una "extensión" de la
Misa que puede ayudar a mejorar nuestras devociones espirituales:
"La
Liturgia de las Horas, que es como una prolongación de la celebración
eucarística, no excluye sino que, de modo complementario, suscita las diversas
devociones del Pueblo de Dios, especialmente la adoración y el culto al
Santísimo Sacramento". CEC 1178
Por
eso, rezar el Oficio divino con regularidad es un modo de profundizar en la
participación en la Misa.
Philip Kosloski
Fuente: Aleteia