“La familia cristiana es el primer lugar de la educación en la oración”, aseguró Mons. Graziano Borgonovo, profesor de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en Roma y subsecretario del Dicasterio para la Evangelización del Vaticano, durante su intervención de este 12 de septiembre en el Congreso Eucarístico Internacional.
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Mons. Graziano Borgonovo durante su intervención del 12 de septiembre. Crédito: IEC 2024. Dominio público |
“Habiendo
elevado el Señor el amor entre un hombre y una mujer a signo eficaz, es decir a
sacramento de su amor por la Iglesia, el deber educativo recibe del sacramento
del matrimonio la dignidad y la llamada a ser un propio y verdadero ministerio
de la Iglesia”, expresó Mons. Borgonovo.
Sin
embargo, precisó que la institución familiar se encuentra en crisis, ya que “se
pretende equiparar la unión existente entre un hombre y una mujer, unidos para
la vida del matrimonio y que generan por su amor a los hijos por criar y
educar, a otras formas de convivencia no equivalentes”.
Mons.
Borgonovo sentenció que “la familia es fundamental”. Y agregó: “La familia de
la Iglesia y la Iglesia de familias es verdaderamente la inmensa tienda
eucarística en donde todos estamos invitados a unirnos a este gran sueño de una
fraternidad redimida y sanada por el amor total de Cristo”.
La esperanza es Eucaristía: Camino al Jubileo 2025
El subsecretario del Dicasterio para la
Evangelización intervino de
nuevo hoy 13 de septiembre, para reflexionar sobre cómo la
esperanza, que brota del sacramento eucarístico, une al Congreso Eucastístico
Internacional y al Año Jubilar 2025 promovido por el Papa Francisco.
“Es
Cristo Jesús, Nuestra Esperanza, presente en la Eucaristía, es la fuente de
fraternidad para sanar el mundo”, aseguró. Además, añadió que la Iglesia
Católica promueve con empeño el tema de la esperanza “en un mundo marcado por
fuertes tensiones”.
“Vivimos
un tiempo de grandes desafíos que inciden no poco en los comportamientos de
enteras generaciones, debido al hecho de la conclusión de una época y al inicio
de una nueva fase para la historia de la humanidad”, afirmó Mons. Borgonovo.
Asimismo,
indicó que las sociedades actuales se enfrentan al peligro latente de la
indiferencia religiosa, que conducirá inevitablemente a un “ateísmo de hecho”.
Esto, remarcó, tiende a alejar a las personas “de su relación fundamental con
Dios, creando un desierto interior, porque de hecho el hombre está cada vez más
alejado de sí mismo”.
Ante
este contexto, la autoridad vaticana puso de manifiesto la relevancia de
promover la esperanza y potenciar la transmisión de la fe, tarea fundamental de
la Iglesia Católica.
Por
último, Mons. Borgonovo explicó que el Jubileo de 2025 será “una oportunidad de
gracia y de renovación que hemos de aprovechar para nuestra santificación”.
“Caminando con la esperanza en Jesucristo, con la certeza de
su presencia eucarística a nuestro lado, ya desde ahora sepan que son parte
importante de este acontecimiento jubilar y que la Iglesia Universal les espera
con alegría en Roma”, concluyó.
Por Walter
Sánchez Silva, Andrés Henríquez
Fuente: ACI