Al inicio del mes de septiembre, Mes de la Biblia, compartimos siete frases de grandes santos que podrían ayudarte a valorar más la riqueza de la Palabra de Dios.
San Jerónimo, en su comentario
sobre el libro del profeta Isaías, señala: "Cristo es el poder de Dios
y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el poder de
Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es ignorar a
Cristo".
San Francisco de Asís solía decir: "Dichoso
quien no tiene más gozo y alegría que las palabras y obras del Señor".
El Padre y Maestro de la Juventud solía
decirle a sus jóvenes: "Así como nuestro cuerpo se debilita y muere si
no lo alimentamos, del mismo modo pierde nuestra alma su vigor si no le damos
lo que necesita: el alimento del alma es la Palabra de Dios".
San Juan Pablo II, en su mensaje a la Federación Bíblica
Católica Mundial en el año 1990, dijo: "Dando a los hombres la
Biblia, les daréis a Cristo mismo, que sacia a los hambrientos y sedientos de
la Palabra de Dios, de libertad verdadera, de justicia, de pan y de
amor".
"Los muros del odio y del egoísmo, que aún separan a los
hombres y los hacen hostiles e indiferentes a las necesidades de los hermanos,
caerán como cayeron los muros de Jericó al resonar la Palabra de la
misericordia divina", añadió.
En el marco de la exposición "El libro de la Biblia"
de 1972, el Papa San Pablo VI enfatizó: "Al contacto con la
Biblia, los hombres de todos los tiempos y los países han aprendido el lenguaje
de la fe y de la esperanza, de la justicia y de la paz: millones de almas se
han abierto a horizontes de luz y de alegría, han encontrado o recuperado la
confianza en el destino del hombre y del mundo".
A un mes del inicio del Concilio Vaticano II, en 1962, San
Juan XXIII brindó un radiomensaje, en el que destacó:
"Las proféticas palabras de Jesús, pronunciadas a vista del
cumplimiento de la consumación final de los siglos, animan las buenas y
generosas disposiciones de los hombres, de un modo particular en algunas horas
históricas de la Iglesia que invitan a elevarse con renovado empuje hacia las
cimas más altas: 'Levate capita vestra, quoniam appropinquat redemptio vestra':
levantad la cabeza, porque vuestra liberación está próxima (cf. Lc 21,
20-33)".
San Josemaría Escrivá escribió un libro
titulado "Forja", en el que da la siguiente
recomendación: "Al abrir el Santo Evangelio, piensa que lo que allí se
narra -obras y dichos de Cristo- no sólo has de saberlo, sino que has de
vivirlo. Todo, cada punto relatado, se ha recogido, detalle a detalle, para que
lo encarnes en las circunstancias concretas de tu existencia".
Por Abel Camasca
Fuente: ACI