El Papa Francisco ha recordado por medio de un mensaje dirigido a los participantes del XVII Simposio Intercristiano, que “todo ser humano está dotado de dignidad por el mero hecho de existir”
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Crédito: Daniel Ibáñez/ EWTN News |
Esta
conferencia, promovida conjuntamente por el Instituto Franciscano de
Espiritualidad de la Pontificia Universidad Antonianum y el Departamento de
Teología de la Facultad Teológica Ortodoxa de la Universidad Aristóteles de
Tesalónica, tendrá lugar del 28 al 30 de agosto en Trani, Italia, bajo el
título “¿Qué es el hombre?”.
En su mensaje,
dirigido al Cardenal Kurt Koch, Prefecto del Dicasterio para la Promoción de la
Unidad de los Cristianos, el Santo Padre expresó su cercanía a los
participantes en esta experiencia conjunta entre cristianos y ortodoxos.
El Santo Padre
destacó que la humanidad vive actualmente una “verdadera revolución”, como es
la irrupción de la Inteligencia Artificial, o los “increíbles avances de la
ciencia”.
Estos avances,
para el Pontífice, obligan a las personas “a replantearse su identidad, su
papel en el mundo y en la sociedad, y su vocación de trascendencia”.
“La
especificidad del ser humano en el conjunto de la creación, su singularidad con
respecto a los demás animales, e incluso su relación con las máquinas, se ponen
constantemente en tela de juicio”, remarcó.
Además, precisó
que “la forma en que los hombres y las mujeres entienden hoy las experiencias
fundamentales de su existencia, como engendrar, nacer y morir, está cambiando
estructuralmente”.
Ante esta
“revolución antropológica”, señaló que no se debe reaccionar únicamente “con la
negación y la crítica”.
Por el
contrario, afirmó que es necesaria una reflexión profunda capaz de renovar el
pensamiento, algo que supone “un desafío afecta a todos los cristianos, sea
cual sea la Iglesia a la que pertenezcan”.
“A la luz de la
enseñanza de la Sagrada Escritura y de la Tradición cristiana, es necesario
reafirmar que todo ser humano está dotado de dignidad por el mero hecho de
existir, como entidad espiritual, creada por Dios y destinada a una relación
filial con Él”.
Independientemente
de que actúe o no de acuerdo con su dignidad, prosiguió el Pontífice, “de las
situaciones socioeconómicas en las que vive o de sus condiciones
existenciales”, afirmó.
Asimismo,
recordó que “la defensa de esta dignidad frente a amenazas muy concretas como
la pobreza, la guerra, la explotación y otras, es un compromiso común en el que
deben trabajar juntas todas las Iglesias”.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI Prensa