LA ASUNCIÓN DE MARÍA: UNA FIESTA DE UNIDAD ENTRE LOS CRISTIANOS Y MUSULMANES DE TIERRA SANTA

Las excavaciones confirmaron los testimonios de la tradición de la dormición de María Virgen asunta, la segunda fiesta más importante para los cristianos después de la Pascua.

Dominio público
Mas allá de las citas de la Sagrada Escritura que inspiraron a la Iglesia la proclamación del dogma de Asunción, todavía hoy, en Jerusalén, siguen vivos algunos elementos que confirman la Asunción de la Virgen en cuerpo y en alma a los cielos. 

Tanto estos lugares, donde se pueden ver y tocar algunos elementos que certifican la asunción de Santa María, este acontecimiento es muy ocasión de encuentro entre los cristianos, judíos y musulmanes de Jerusalén.

La Asunción de la Santa María tuvo lugar en un punto preciso de Jerusalén, en la tumba de María, situada muy cerca de la zona del cementerio del valle del Cedrón, donde según la tradición judía tendrá lugar el Juicio Final. Los cristianos construyeron allí, en el Monte Sion, una Iglesia muy venerada durante estos días, con profesiones y demás actos de piedad popular. Estos actos concurridos por el ambiente veraniego que hay en la tierra Santa estos días, empiezan en otro templo, “en la Iglesia de la dormición, donde María, por un arrebato de amor, se durmió en el sueño de la muerte.

Un estudio confirma los testimonios de la tradición

Los testimonios de la tradición cristiana desde siglo II, sobre la Asunción, coinciden con las excavaciones que se realizaron en este lugar durante la década de 1970. Unas inundaciones acaecidas en este lugar impulsaron a los ortodoxos griegos y armenios, custodios de este santuario, a la restauración de este templo.

Durante el periodo que se desmontaban todas las estructuras que escondían la tumba de María, los custodios invitaron al padre Bellarmino Bagatti, decano de los arqueólogos franciscanos en Tierra Santa, a investigar la tumba y el conjunto sepulcral y arquitectónico que la rodeaba. Sin embargo, el invitado aprovecho esta ocasión para examinar todo el monumento, que volvió a ‘releer’ cuidadosamente a la luz de la literatura antigua sobre la muerte y la sepultura de Nuestra Señora".

El estudio del padre Bagatti, según la Agencia Fides, demostró que había coincidencia entre los documentos de la tradición y la realidad, como cuenta la agencia, está situada en una zona a uso de cementerio en el siglo I. Corresponde perfectamente tanto al tipo de tumbas utilizadas en Palestina en aquella época como a los datos topográficos indicados en las diferentes redacciones de la Dormición de la Virgen, especialmente en lo que se refiere a la nueva cámara sepulcral y a su posición con respecto a las demás. El hecho de que esta tumba se encuentre junto al Huerto de los Olivos y la Gruta donde Jesús solía pasar la noche (cf. Jn 18,2), sugiere que el discípulo anónimo propietario de la zona también ofreció allí un lugar para la sepultura de María. La tumba, custodiada y venerada por los judeocristianos hasta finales del siglo IV, cuando pasó a manos de los gentil-cristianos, fue aislada de las demás construyendo entorno una iglesia".

Hoy, de las varias iglesias erigidas a lo largo de los siglos en el lugar, "sólo queda la cripta, que conduce a la tumba por una amplia escalera de cuarenta y ocho peldaños sobre una diferencia de altura de unos quince metros desde la carretera. El relicario que encierra la cámara funeraria, con el banco rocoso aún visible, está ligeramente iluminado por la luz que se filtra desde el exterior y las lámparas de aceite. En el interior se respira el ambiente típico de las iglesias orientales, caracterizado por el fuerte olor a incienso y las numerosas imágenes, velas y lámparas de aceite".

¿Cómo los cristianos de Tierra Santa celebran la Ascensión?

En una conversación entre la Agencia Fides y padre Claudio Bottini, profesor emérito de la Facultad de Ciencias Bíblicas y Arqueológicas del Studium Biblicum Franciscanum de Tierra Santa, "la Asunción es la segunda fiesta más importante para los cristianos”, aunque se celebra en dos fechas diferentes: los cristianos pertenecientes a la Iglesia latina, la Iglesia de Roma, celebran la fiesta el 15 de agosto. Luego están los ortodoxos, pero también los armenios, los coptos y los sirios, que celebran esta solemnidad en una fecha diferente, según el calendario juliano".

Lo más prioritario para este día es la misa en la basílica de Getsemaní, conocida por la mayoría como Basílica de las Naciones (la estructura moderna celebra cien años desde su consagración). Después, en procesión, se dirigen a la iglesia del sepulcro, descienden a la cripta y rezan con cantos e himnos". A los ojos más atentos no se les escapa que en la cripta que custodia la tumba vacía hay un nicho: "Los musulmanes lo usaban y lo siguen usando -explica el profesor-. Antes, muchos grupos de religión islámica visitaban la tumba, ahora lo hacen de forma privada. María también es una figura importante para ellos y el nicho está orientado hacia La Meca". 

Los cristianos de las Iglesias orientales también viven la fiesta en este lugar: "Durante ocho días, descienden diariamente a la cripta, trayendo a niños, ancianos y discapacitados. La tumba se decora con hierbas aromáticas, como la albahaca, y rezan ante el icono de la Dormitio, que normalmente se encuentra en la basílica del Santo Sepulcro. El icono es llevado solemnemente en procesión hasta la tumba y devuelto a su lugar de nuevo en procesión. Es una gran fiesta".

Por Nicéforo Obama

Fuente: ECCLESIA