San Juan cuenta en su Evangelio que acogió a la Virgen en su casa desde que Cristo crucificado se la encomendó en Jerusalén, donde hay una tumba de María. Sin embargo, el Apóstol se fue a vivir a otra ciudad.
Asunción de la Virgen María al cielo. Crédito: Renata Sedmakova - Shutterstock |
En la ciudad santa
La
antiquísima tradición cristiana señala que la Virgen terminó su peregrinaje por
esta tierra en lo que actualmente es la Basílica de la Dormición de
Jerusalén. Desde allí los Apóstoles habrían llevado el cuerpo de María
hasta un sepulcro en las inmediaciones de Getsemaní.
Sobre
esta tumba está hoy la Iglesia Ortodoxa del Sepulcro de María,
donde los franciscanos Custodios de Tierra Santa van a rezar “oficialmente”
una vez al año, cada 15 de agosto. En este día, el Custodio de Tierra Santa
entra a orar ante la roca donde se habría recostado el cuerpo de la Virgen,
antes que fuera llevada al cielo en cuerpo y alma.
En la ciudad del principal dogma mariano
Por otro lado, santos y escritores antiguos
indican que San Juan vivió en Éfeso, una ciudad en ruinas en la actual
Turquía, y hay quienes creen que allí estuvo el Apóstol con la Virgen.
En
una carta sinodal del Concilio de Éfeso (431
d.C.), reunión de obispos que definió el dogma de la maternidad divina de
María, se mencionó una relación de Juan y la Madre de Dios con esta ciudad. Lo
que podría confirmar que aquí estuvo la Virgen.
Asimismo,
de acuerdo a la Enciclopedia Católica el historiador Bar
Hebreo (aprox. 1226-1286), un obispo jacobita (sirio ortodoxo), señaló
que San Juan “fundó la Iglesia de Éfeso, y enterró a María en un lugar
desconocido”.
Con la aprobación de santos y pontífices
Según
el National Catholic
Register, publicación de EWTN News, el Papa León XIII dio
su bendición al lugar en 1896, mientras que San Juan XXIII concedió indulgencia
plenaria en 1961 para quien la visitara y San Pablo VI fue a verla en 1967.
Asimismo,
San Juan Pablo II celebró una Misa en
la Casa de la Virgen en 1979 y Benedicto XVI también presidió allí una Eucaristía en
2006.
Es
preciso indicar que siglos antes, el Papa Benedicto XIV (1675-1758) afirmó que
la Madre de Dios terminó sus días en Éfeso.
Según la Enciclopedia Católica, el Pontífice
incluso tuvo “la intención de eliminar del Breviario [libro oficial de
oraciones diarias de la Iglesia] aquellas lecciones donde se mencionaba la
muerte de María en Jerusalén, pero murió antes de llevarlo a cabo”.
Hasta
el momento, nada es conclusivo. Hay quienes creen que la Virgen fue llevada por
Cristo desde Jerusalén, otros que desde Éfeso. Pero más allá del lugar, lo que
creemos por dogma de fe es que la Madre de
Dios fue elevada en cuerpo y alma al cielo.
Por Abel Camasca
Fuente: ACI