También consideran importante la corresponsabilidad de los laicos en las parroquias. «Los padres y madres de familia traen a las tareas pastorales el pulso de la realidad en la que están», señala Gabriel Rodríguez, secretario de Iglesia en Castilla
Foto: Diócesis de Ciudad Rodrigo. Dominio público |
Son palabras de Gabriel Rodríguez, secretario de Iglesia en Castilla y vicario general de Osma-Soria, que ha sido uno de los participantes en el encuentro anual celebrado en Ciudad Rodrigo reuniendo a obispos y vicarios de las nueve diócesis castellanas. Juntos, han analizado las diferentes realidades y puesto en común problemáticas «porque así nos ayuda a poner remedios conjuntos», explica Rodríguez en conversación con Alfa y Omega.
Esta reflexión pastoral nace del primer encuentro que se celebró en Ávila en febrero con el que comenzaron un itinerario de tres años para plantear una renovación del estilo pastoral en las diócesis castellanas. Un proceso organizado en tres vertientes: reconocer, interpretar y elegir. El encuentro de febrero, sobre el que estuvieron reflexionando esta semana pasada, se centró en el primer verbo: reconocer, es decir, «cómo estamos, cuál es la realidad social y pastoral desde la que partimos y cómo esta realidad influye en nuestra praxis pastoral», señala el secretario de Iglesia en Castilla.
Entre los grandes problemas que afectan a estos contextos pastorales, destaca la «gran despoblación en todas nuestras diócesis», que viene acompañada de un importante envejecimiento de la población y una media de edad muy elevada entre los componentes del clero y los agentes pastorales. El vicario explica que «en Soria, por ejemplo, tenemos 500 núcleos de población, muchos de ellos despoblados y otros con muy pocos habitantes que también hay que atender». Todo ello, en una diócesis donde sólo hay 35 sacerdotes con menos de 80 años.
Otro de los elementos que también influyen en la praxis pastoral de estas diócesis y que han analizado los obispos y vicarios es la fuga de los jóvenes a otras ciudades más grandes en busca de mejores oportunidades de estudio y trabajo. «Esto implica que no hay una continuidad pastoral con ellos», destaca Rodríguez.
Además, una clave fundamental para responder a este contexto pastoral tan concreto es la participación de los laicos en los equipos parroquiales, que «aportan a la tarea pastoral un estilo nuevo y diferente». En este sentido, el secretario de Iglesia en Castilla apunta al concepto de «una corresponsabilidad común», cada uno con su ministerio y su carisma y, para ello, es necesaria «una formación constante y permanente» de laicos y sacerdotes. «Al lado del estilo sacerdotal, es muy necesario como complemento lo que aporta un padre o madre de familia porque traen a las tareas pastorales de la Iglesia el pulso de la realidad en la que están», destaca.
Aunque hasta el año 2026, cuando tendrá lugar el tercer y último encuentro de este itinerario, «no tendremos medidas concretas», las conclusiones de este año se llevarán al curso pastoral para que sean reflexionadas y meditadas tanto por los sacerdotes como por religiosos y laicos.
Ester
Medina
Fuente: Alfa y Omega