Como preparación al Jubileo de la Esperanza 2025, el Papa Francisco propuso que este año 2024 esté dedicado a la oración para redescubrir “el gran valor y la absoluta necesidad” que tiene en la vida de cada persona, de la Iglesia y el mundo
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Vatican Media |
El Santo Padre inauguró el “Año de la Oración” el pasado 21 de enero, y han sido
numerosas las ocasiones en las que ha invitado a los fieles a ponerse ante la
presencia del Señor.
1. La oración es tan importante como la
respiración
El Santo Padre expresó que “la oración no es
una actividad que hay que desarrollar solamente en los momentos de descanso,
sino también durante nuestra vida cotidiana”.
Así lo afirmó con un tuit en su cuenta oficial de X en septiembre de
2020, donde llegó a asegurar que la oración “es como respiración de nuestra
relación viva con Dios”.
2. La oración hace latir la vida
Durante estos últimos meses, el Papa Francisco
ha compartido en su perfil de la citada red social diversos mensajes con
algunas reflexiones sobre la importancia de orar, todos publicados con el
hashtag #AñodelaOración.
Ayer, 1 de julio, el Pontífice señaló que “la
oración hace latir la vida”, aunque pueda parecer una realidad abstracta,
lejana de los problemas.
El Papa Francisco también precisó que la
oración “nos transforma”, ya que “apacigua la ira, sostiene el amor, multiplica
la alegría e infunde la fuerza para perdonar”.
El Santo Padre también remarcó la importancia
de cuidar la “parte más valiosa” de cada persona: el alma y el corazón.
En el mes de febrero, el Papa Francisco puso de
ejemplo el versículo de la Biblia (Mt 6,7-8), en el que el evangelista advierte
que al orar no hay que “parlotear” como los gentiles, y propone la oración del
Padre nuestro.
Antes de la oración del Ángelus en octubre de 2021, el Papa Francisco
subrayó que la oración “valiente e insistente” para que sea efectiva, pues el
Señor “está impaciente en derramar su alegría en nuestros corazones”.
También lamentó que “muchos de nosotros cuando
rezamos no creemos que el Señor puede hacer el milagro”.
7. Rezar ante las decisiones importantes de la
vida
Durante una audiencia con religiosos en el Vaticano, el Santo
Padre aseguró que sin oración “uno no se sostiene ni sabe a dónde ir”.
Para el Papa Francisco, “es en la oración fiel
y perseverante, particularmente en la Adoración, cuando todo adquiere armonía,
cuando uno capta más claramente sus objetivos, encontrando en el Señor la
fuerza y la luz para realizarlos según sus designios”.
Por ello, remarcó la importancia de mantener
“un diálogo prolongado con el Señor cada día, y luego una invocación a Él antes
de cada momento importante, de cada reunión, de cada decisión”.
8. Rezar sin “maquillar el alma”
En una Audiencia General hace ya 4 años, el Papa Francisco animó a "no
maquillar el alma para rezar" sino ir al Señor "como somos, con las
cosas bellas y con las cosas feas".
“Y esto no lo olviden, para rezar bien debemos
rezar como somos, no maquillados, no maquillar el alma para rezar: ‘Señor, yo
soy así’. Ir al Señor como somos, con las cosas bellas, y con las cosas feas,
que nadie conoce, pero que nosotros conocemos en el interior",
señaló.
9. La tarea esencial de la Iglesia
Para el Santo Padre, según explicó durante una
Audiencia General con una catequesis dedicada al tema de “la Iglesia maestra de oración”, la tarea esencial de
la Iglesia es “rezar y educar a rezar”.
Además, en esa misma ocasión advirtió que
cuando el demonio “quiere combatir la Iglesia, lo hace primero tratando de
secar sus fuentes, impidiéndoles rezar”.
10. La oración que el Papa Francisco reza cada
noche antes de dormir
Tan sólo 3 años después de ser elegido
Pontífice, compartió con los fieles una confesión “personal”.
“En la noche, antes de ir a la cama, yo rezo
esta breve oración: ‘Señor, si quieres, puedes purificarme’. Y rezo cinco
‘Padre Nuestros’, uno por cada llaga de Jesús, porque Jesús nos ha purificado
con sus llagas”, explicó.
“Pero si esto lo hago yo –aseguró el Papa
Francisco–, pueden hacerlo también ustedes, en su casa, y decir: 'Señor, si
quieres, puedes purificarme' y pensar en las llagas de Jesús y decir un 'Padre
Nuestro' por cada una. Y Jesús nos escucha siempre”.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI Prensa