Francisco ha anunciado que en
septiembre visitará seis países. Entre ellos, dos europeos. Sin embargo, España
sigue fuera de la agenda. ¿Por qué?
El Papa Francisco durante una Audiencia General. |
Nada menos que
6 países en un mes. Esa será, Dios mediante, la agenda internacional que tendrá
el Papa
Francisco en el próximo mes de septiembre. Una maratón viajera que
llevará a cabo a
sus 87 años, y sin que haya llegado a reponerse por completo de sus últimos
achaques de salud.
Primero, el Santo Padre llevará a cabo una gira por
cuatro islas del Pacífico: Papúa Nueva Guinea, Indonesia, Timor
Oriental y Singapur. Se trata de un recorrido muy en sintonía con los que
ha venido desarrollando hasta ahora a lo largo de sus 11 años de pontificado:
países alejados geográficamente de Roma, con tradiciones culturales notablemente
alejadas del cristianismo occidental, con comunidades católicas no muy
numerosas –o, al menos, no mayoritarias en la región–, y en entornos
socioeconómicos empobrecidos o que sufren grandes desigualdades.
Después, el Pontífice viajará a Bélgica y Luxemburgo,
dos destinos que, en el caso de Francisco, pueden considerarse «exóticos»,
puesto que desde 2013 apenas ha viajado por países europeos. Una decisión que,
de nuevo, vuelve a plantear la pregunta de por qué el Papa Francisco sigue sin
querer viajar a España.
Un vistazo a sus
viajes apostólicos muestra hasta qué punto el Papa Francisco ha querido,
explícitamente, apostar por destinos similares a los de su próxima visita a las
islas del Pacífico cada vez que se ha desplazado fuera de Italia. Más aún,
cuando el Sucesor de Pedro ha pisado tierra europea en estos 11 años, lo ha
hecho, bien para participar en algún gran evento eclesial, o bien para visitar,
no un país, sino una región muy concreta o para intervenir en alguna
institución internacional.
En 2015, Francisco viajó a Kenia, Uganda, República
Centroafricana, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Sarajevo, Sri Lanka y Filipinas.
Ese mismo año, en el mes de septiembre, realizó uno de los itinerarios más
largos de su papado: un viaje apostólico por Cuba y Estados Unidos,
aunque en este caso, su viaje estuvo marcado por sus intervenciones ante la
sede la Organización de Naciones Unidas, el Encuentro Mundial de las Familias,
que se celebraba en Philadelphia, y sus diferentes encuentros para abordar una
problemática común para toda la Iglesia universal, como es el caso de los
abusos sexuales.
En 2016, visitó la isla de Lesbos (y no el resto de
Grecia), Armenia, México, Georgia y Azerbaiyán. Su viaje a Polonia,
en agosto de aquel año, fue debido a la Jornada Mundial de la Juventud, una
cita a la que el Papa no hay fallado nunca, fuese en la latitud que fuese.
Tras la pandemia, en
2021, el Papa eligió destinos sumamente simbólicos para retomar su agenda
internacional. Primero volvió a Grecia y
a Chipre, esta vez sí en visita de Estado y no como en 2016, cuando viajó a
la isla de Lesbos. A pesar de ser destinos cuna de la civilización europea, la
mayoría religiosa de ambos países es ortodoxa, por lo que el viaje tuvo un
marcado carácter ecuménico. Además, viajó hasta la castigada tierra de Irak, y más tarde viajó hasta Eslovaquia y tuvo una fugaz visita a Hungría para asistir a la clausura del
Congreso Eucarístico Internacional.
Sus problemas de
salud han llevado al Papa a un forzoso parón en su agenda internacional. De
hecho, en lo que llevamos de 2024, Francisco no ha realizado ningún viaje al
extranjero, y dentro sólo ha acudido a Verona y a Venecia en sendas visitas de
24 horas. Los seis destinos proyectados para después del verano compensarán
este vacío.
Dos países han
estado en el punto de mira cada vez que el Papa anunciaba un nuevo viaje: Argentina y España.
El primero de ellos,
su país de origen, ha encontrado siempre el gran obstáculo de una convulsa
situación política y social, que ha llevado al Pontífice a reconocer que
desearía haber podido visitarlo, aunque aún no lo ha hecho para que su figura
no pudiera ser instrumentalizada.
Tras la reciente victoria de Javier Milei,
la invitación ha vuelto a ser puesta sobre la mesa, a pesar de las duras
críticas contra el Papa vertidas por el presidente durante su campaña
electoral. Con todo, los últimos encuentros entre el inquilino de la Casa
Rosada y el Sucesor de Pedro han resultado tan elocuentes y distendidos que,
por primera vez en 11 años, parece que las posibilidades de que el Santo Padre
regrese a su tierra son tantas que incluso no se descarta un viaje antes de que
acabe el año.
El segundo país, España, sigue en standby.
Es, junto a Alemania, el único gran país de Europa que no ha
visitado el Pontífice. Y no será por falta de ocasiones, puesto que las
invitaciones al Santo Padre han sido constantes a lo largo de estos 11 años,
tanto por parte de responsables políticos, como de obispos e incluso
periodistas. Un papel destacado ha tenido en este aluvión de propuestas la
corresponsal de COPE en el Vaticano, Eva Fernández, que
prácticamente en todos los viajes apostólicos en que ha acompañado a Francisco,
le ha hecho llegar, en mano, algún tipo de invitación: de presos, de
religiosos, de niños…
¿Posible visita en
2025?
Fuentes del
episcopado español, próximas al Papa, confirman para El
Debate que una visita a nuestro país «está casi descartada» para lo
que queda de año. Sin embargo, la cosa puede
cambiar en 2025.
«El año que viene
–señalan estas mismas fuentes– es el año del Gran
Jubileo, por lo que es muy probable que dentro de Italia y, en concreto, de
Roma, vaya a tener una agenda muy apretada. Pero además de los políticos, los
obispos le hemos insistido en que venga. Y tenemos abiertos muchos frentes,
como el de la reforma de los seminarios o la crisis de los abusos, que en otros
viajes suyos han marcado su agenda. Así que precisamente porque es Año Jubilar, porque ya tenemos un
nuevo mandato al frente de la CEE, y porque, en principio, no tendría por qué
haber elecciones generales, tal vez podría venir a España».
Además, «el siguiente Año Santo Compostelano,
que sabemos es una fecha muy querida para él, no será hasta 2027, y esa fecha,
aunque todos esperamos que Dios le dé vida y salud por muchos años, tal
vez sea muy tardía. Porque él es consciente de sus problemas de salud, y no
parece que vaya a querer dejar a España, que tanto amor ha expresado
siempre al Papa y a la Iglesia, sin una visita suya», remarcan las fuentes
consultadas por este periódico.
El único que lo sabe, por ahora guarda silencio: el
propio Papa Francisco.