La imagen de la Inmaculada Concepción presente en la gruta del Santuario de Nuestra Señora de Lourdes en Francia ha cumplido 160 años este jueves 4 de abril
Estatua de Nuestra Señora de Lourdes en su santuario. Crédito: HNDL / Pierre Vincent |
Tallada en mármol de Carrara por el escultor
Joseph Fabisch, el diseño contó con el asesoramiento de Santa Bernarda
Soubirous, vidente de 18 apariciones de Santa María entre el 11 de febrero y el
16 de julio de 1858.
La estatua fue colocada en el espacio reservado
sobre la gruta de Lourdes en 1864, con motivo de la fiesta de la Anunciación.
Tanto las facciones como los detalles de sus
vestidos siguieron la descripción realizada por la santa francesa de su primer
encuentro con la Virgen: "Vi a una dama vestida de blanco: llevaba puesto
un vestido blanco, un velo blanco también, un cinturón azul y una rosa amarilla
en cada pie”.
Cuando Fabisch recibió el encargo, envió
primero un cuestionario a la santa y después se reunió con ella en el pueblo de
Lourdes para hacerle más preguntas. Al cabo de un tiempo, le envió una foto de
una primera maqueta.
Según detalla el sitio
web del Santuario, la vidente “criticó su primer intento” por retratar a la
Inmaculada Concepción.
“En el lado derecho, el velo se adhiere a la
cabeza y al cuello, dibujando una curva desde la cabeza al hombro. En el lado
izquierdo, no cubre el hombro y se pliega bajo los brazos, a ambos lados”,
habría detallado. Según la santa, “el velo descendía de forma perpendicular,
uniforme, cubriendo tanto los hombros como los codos. El vestido no es lo
bastante largo (…). El cuello está demasiado expuesto en la parte inferior. Las
manos estaban más juntas, los dedos entrelazados y apretados; el pie izquierdo parecía
un poco demasiado separado (…). Se ha olvidado del rosario”.
Tampoco satisfizo las expectativas del P.
Dominique Peyramale, párroco de Lourdes en el momento de las apariciones: “El
rostro no parece lo bastante joven ni lo bastante sonriente”.
El escultor trató de recomponer su boceto y
trasladarlo al mármol: “El 31 de marzo de 1864, la estatua llegó al presbiterio
de Lourdes y llamaron a Bernardita”, detalla el sitio web del Santuario.
“El mármol de Carrara se extrajo de la caja
rellena de paja —prosigue el relato— en presencia del padre Peyramale y del
padre Ollivier: ‘¿Está bien así?’, preguntó este último. La joven intentó
asentir, como por educación, pero rectificó y dijo con rotundidad: ‘¡No, no es
así!’. Más tarde, añadió: ‘Además, ya no se puede hacer como antes’”.
¿Qué es el Santuario de Lourdes?
El Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, que
se levanta en la ciudad francesa de Lourdes, es un conjunto de edificios y
lugares dedicados a la veneración de Santa María. El complejo incluye las
basílicas de la Inmaculada Concepción, Nuestra Señora del Rosario y San Pío X,
así como la gruta de las apariciones, donde la Virgen se le apareció a Santa
Bernarda Soubirous.
Al Santuario de Lourdes acuden miles de
peregrinos cada año, en especial aquellos aquejados de alguna enfermedad
corporal. La primera curación reconocida como milagrosa tuvo lugar el mismo año
de las apariciones, pero no fue aprobada hasta 1862.
Desde entonces, 70 hechos inexplicables desde
el punto de vista científico han sido atribuidos a la acción todopoderosa de
Dios por la intercesión de la Virgen de Lourdes.
En torno al Santuario existen dos tipos de
hospitalidades o agrupaciones de voluntarios. Una es la que da servicio al
complejo, ayudando a preservar el clima de oración, colaborando en las
celebraciones litúrgicas y facilitando en general, la estancia de los
peregrinos. Está formada por voluntarios de diferentes países, mayoritariamente
franceses, italianos, españoles, alemanes o irlandeses, entre otros.
El resto de hospitalidades son asociaciones de
fieles distribuidas por diferentes países cuya misión es organizar las
peregrinaciones que se realizan anualmente al santuario.
Por Nicolás de Cárdenas
Fuente: ACI Prensa