¿PUEDEN LOS HOMBRES Y MUJERES RELIGIOSOS PERMANECER FIELES SIN ORACIÓN?

Los sacerdotes, religiosos, hermanas y monjas necesitan una vida de oración personal. Sin oración es muy difícil permanecer fieles a sus votos

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La oración es un pilar importante de la vida de cualquier cristiano, pero es uno de los fundamentos primarios de los hombres y mujeres consagrados.

El Catecismo de la Iglesia Católica explica primero cómo los obispos, sacerdotes y diáconos deben orar y enseñar a otros a orar:

Los ministros ordenados  también son responsables de la formación en la oración de sus hermanos y hermanas en Cristo. Siervos del Buen Pastor, están ordenados para conducir al Pueblo de Dios a las aguas vivas de la oración: la Palabra de Dios, la liturgia, la vida teologal (la vida de fe, esperanza y caridad) y el “hoy”. de Dios en situaciones concretas.

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Además, todos los hombres y mujeres consagrados necesitan tener la oración como base de su vida religiosa:

Muchos  religiosos  han consagrado toda su vida a la oración. Ermitaños, monjes y monjas desde la época de los padres del desierto han dedicado su tiempo a alabar a Dios e interceder por su pueblo. La vida consagrada no puede sostenerse ni difundirse sin la oración; es una de las fuentes vivas de la contemplación y de la vida espiritual de la Iglesia.

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Tiene sentido lógico que un hombre o una mujer dedicados a la oración necesiten mantener una vida de oración constante.

Si un consagrado no bebe primero de las aguas de la oración, no tendrá energías para ser fiel en su ministerio.

Santa Teresa de Calcuta comprendió esta realidad de primera mano, ya que siempre rezaba una hora santa todos los días antes de trabajar con los más pobres de la sociedad.

La oración personal sigue siendo un pilar central de cualquier hombre o mujer dedicado a servir a la Iglesia.

Philip Kosloski

Fuente: Aleteia