El Vaticano ha presentado este viernes 2 de febrero los detalles de la que será la primera Jornada Mundial de los Niños, que tendrá lugar en Roma y a nivel mundial los días 25 y 26 de mayo de 2024 como deseo del Papa Francisco
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El Cardenal Tolentino de Mendonça durante la rueda de prensa de esta mañana | Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa |
Son varias las
ocasiones en las que el Papa Francisco ha expresado su afecto por los más
pequeños y la inocencia que desprenden. Prueba de ello es la instauración de
una jornada dedicada solamente a ellos, anunciada
el pasado 8 de diciembre durante el Ángelus dominical.
En la rueda
informativa de esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede, participó
el Cardenal Tolentino de Mendonça, Prefecto del Dicasterio para la Cultura y la
Educación, quien indicó que la jornada se celebrará “a un nivel universal con
sede en Roma y el Vaticano, donde confluirán varias delegaciones nacionales,
pero también a nivel diocesano, dejando la organización a las iglesias
locales”.
El título de
esta festividad será “Yo hago nuevas todas las cosas”, una invitación — según
precisó el purpurado — “a volverse como niños, ágiles al acoger las novedades
suscitadas por el Espíritu de Cristo”.
Para el
cardenal, “una de las características extraordinarias de los niños es su
disruptiva novedad”, por ello indicó que “su propio nacimiento ya es un evento,
llega a una nueva vida una nueva persona, una nueva presencia tan intensa que
renueva la identidad de la gente que le rodea”.
Señaló asimismo
que, “el Papa desea encontrar a los niños y niñas para escuchar el Evangelio
que brota de ellos en la estación inicial de la vida”.
Además, en la
rueda de prensa también se dio a conocer el logo de esta fecha señalada,
compuesta por una imagen que representa coloridas huellas de las manos de los
niños, que recuerdan a los típicos dibujos de cuando los más pequeños aprenden
a expresarse.
Los distintos
colores representan también “la multiplicidad de culturas que confluyen en una
unidad que acoge y valora las diferencias”.
También puede
apreciarse una línea gráfica minimalista que representa el perfil estilizado de
la Cúpula de San Pedro, con la cruz y la linterna.
“La cúpula que
abraza, acoge y protege a los más pequeños” y la linterna es una metáfora
de “los cristianos portadores de luz”. Por su parte, la cruz aparece como
símbolo de la pasión y resurrección del Hijo de Dios, que se hizo hombre por
nosotros.
Por Almudena
Martínez-Bordiú
Fuente: ACI
Prensa