Testimonio impresionante de unos padres católicos durante el juicio
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John y Sonia, con su hijo Michael. Dominio público |
Michael
Echaniz, profesor de una academia en San Antonio (Texas), fue asesinado a tiros
cuando salía de su apartamento el 10 de marzo de 2022. Días después, el asesino, Mathew Wiessing, de
25 años, un antiguo compañero, fue arrestado y acusado de asesinato, cuya
motivación vino por los celos por la relación de Echaniz con la exnovia de
Wiessing.
Tal
y como recoge Our Sunday Visitor, el 10 de enero
enero, John Echaniz estuvo en la sala del tribunal de San Antonio y escuchó a Wiessing expresar
remordimiento y su deseo de asumir su responsabilidad antes de que el
juez le impusiera una pena de prisión de 40 años.
John Echaniz leyó unas
palabras y también una reflexión manuscrita de su esposa, la cual tuvo que
quedarse en casa debido a un tratamiento de quimioterapia. En sus respectivas
declaraciones, cada padre compartió la agonía que el asesinato de su hijo les
había infligido y la cruda ira y dolor que habían abrasado sus almas. Pero
también tenían un deseo para el asesino de su hijo.
“En
cuanto a mí, te perdono por lo que has hecho. Deseo sinceramente que algún día
estés con Michael, mi hijo, en el paraíso. Y lo digo desde el fondo de mi
corazón”, dijo John Echaniz. “Junto con la justicia, busco la misericordia de Dios para ti. Y rezo para que
tu corazón esté abierto al amor incondicional del Todopoderoso”.
Por
su parte, la madre de Michael escribió: “Quiero que sepas, Mathew Wiessing, que
a pesar de todo esto, te perdono. No te deseo ningún mal. Ruego que elijas dedicar tu vida, que es
un regalo para ti, a enmendar la devastación que has causado y, al
hacerlo, encontrar la paz”.
Ahora,
John y Sharon Echaniz están viviendo la realidad de esa oferta de perdón,
confiando en su arraigada fe católica para poder llevar a cabo en su vida el
Padrenuestro: “perdónanos
nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”. Este
matrimonio sabe que debido a su fe “es necesario” perdonar, pero “humanamente
hablando” es imposible si no se hace con oración, porque lo que pide el corazón
es justicia.
“Nunca olvidaré cuando
vi el cadáver de mi hijo por primera vez en Virginia... cómo los funerarios
tuvieron que tapar los agujeros que le hicieron en el cráneo y en la mano
derecha”, dijo el padre en su declaración ante el asesino. Y añadió: “Eso me hizo
pensar en cómo se habría sentido la Virgen María al contemplar a su Hijo
crucificado”.
John
Echaniz incluso levantó un
rosario en la sala del tribunal y se lo ofreció al asesino de su hijo.
Después, le dio otro rosario a otra familia presente en el juzgado para una
audiencia sobre el asesinato de su ser querido.
Según
explicaba el padre del joven asesinado, rezar todos los días el rosario en
familia con sus siete hijos era una tradición familiar, y cada miembro invocaba
a su santo patrón al final. “Nunca olvidaré terminar ese primer rosario
familiar (después del asesinato)”, dijo John Echaniz en la sala del tribunal. “No lloro mucho delante de mis
hijos, pero seguro que lo hice entonces”.
La
oración, la misa, la adoración eucarística y el estudio de las Escrituras han
sido cruciales para sostenerlos en este tiempo. Sharon Echaniz concluyó su
mensaje a Wiessing con dos versículos de las Escrituras: “Dad gracias al Señor, porque es bueno; porque es eterna su
misericordia” (Sal 107,1) y “en esto está la confianza que tenemos en
él; en que si le pedimos algo según su voluntad, nos escucha” (1 Jn 5,14).
Mientras
tanto, John Echaniz citó Lucas 15, 7 ante el tribunal: “Nuestro Señor Jesús…
dijo: 'Os digo que habrá
más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por 99 justos que
no necesitan arrepentimiento'”.
John Echaniz añadía que en estos dos años desde que mataron a su hijo, sintió como si "alguien tuviera una mano en mi espalda y me impidiera caer", hablando del apoyo de la comunidad parroquial que tanto ha rezado por ellos.
Fuente: ReL