Cada 11 de febrero la Iglesia Católica celebra la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, en conmemoración de las apariciones de la Inmaculada Concepción a la niña Bernardita Soubirous en 1858 en las faldas del prepirineo francés.
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Crédito: Courtney Mares / CNA. Dominio público |
El
santuario, bajo la autoridad de la Conferencia Episcopal Francesa, atrae de
manera muy especial a quienes padecen enfermedades, que suelen acudir
acompañados por voluntarios organizados a través de las Hospitalidades
diocesanas.
El
consiliario de la Hospitalidad y director espiritual del Seminario Conciliar de
la Archidiócesis de Madrid, P. Guillermo Cruz, expone a ACI Prensa los cinco
principales mensajes de la espiritualidad que se vive en Lourdes.
1. El Santuario de Lourdes es un lugar de misericordia
El
P. Cruz destaca que “lo primero que manifiesta la Virgen a Santa Bernadette es
el amor inmenso de Dios por Ella”, lo que se pone de manifiesto en especial en
que, durante las apariciones, la pequeña se encuentra con “una mujer que le
sonríe, la trata con una dignidad que la gente no tenía con ella al pedirle que
fuera a rezar allí”.
Bernadette
era la hija mayor de un matrimonio piadoso, pero arruinado que además contaba
con una frágil salud. Es este trato misericordioso el que hace que la santa se
sienta “atraída por una mujer que viene del cielo, con la que reza”, detalla el
presbítero.
2. El Santuario de Lourdes es un lugar de conversión
Un
aspecto importante para quienes se acercan al Santuario de Lourdes es la
dimensión penitencial de su mensaje. No en vano, el lugar cuenta con un
viacrucis monumental que recorre una montaña y otro en plano dentro del
recinto, junto al río, accesible a todos los peregrinos.
En
un momento de las apariciones, la Virgen le dice a la pequeña vidente: “Ven a
beber a la gruta”. Esta petición “implica que Bernadette tiene que ir,
agacharse, embarrarse la cara”, explica el P. Cruz, y “de ahí las únicas
palabras dijo durante la aparición: ‘Penitencia, penitencia,
penitencia’”,porque “toda la experiencia de ir al agua de Lourdes pasa por la
conversión y la penitencia por los pecadores”, añade.
3. El Santuario de Lourdes es un lugar de peregrinación
El
consiliario de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes de Madrid afirma
que Lourdes es “un lugar de peregrinación-Iglesia”. Fue la Virgen la que pidió
“que se venga aquí en procesión y se haga una capilla”. Por eso, explica,
“se trata de un lugar donde ir, un lugar donde hacer una procesión y tener una
capilla. Se convierte en una meta, como lugar de peregrinación, donde
aprendemos a vivir” y esa meta “es la Iglesia, la capilla que pide, donde todos
encontramos nuestro lugar”.
4. Las apariciones nos
llevan a confiar más en la Iglesia
La
Virgen de Lourdes se presenta a Santa Bernardita afirmando: “Que soy la
Inmaculada Concepción”. Un nombre que la niña desconocía en su literalidad y su
significado, cosa que sorprendió a los clérigos que recibieron su
testimonio.
De
esta manera, asegura el P. Cruz, “la Virgen confirma el dogma aprobado cuatro
años antes” de tal forma que “la aparición nos lleva a confiar más en la
Iglesia”.
Por
otro lado, las palabras de la Virgen remiten “al nombre que utilizó el Ángel en
la Anunciación al decir ‘Dios te salve llena de Gracia’. En este sentido, el
presbítero reflexiona que “nuestro verdadero nombre es como Dios nos ve”.
5. La humildad de Santa
Bernardette
“En
Lourdes el mensaje es Santa Bernadette” porque, más allá de las pocas palabras
que nos ha transmitido Bernadette de las apariciones lo importante es lo que
ocurre en ella”.
Durante
las apariciones, “la gente no ve a la Virgen, pero la ve a ella rezar de una
manera única, cómo se humilla cuando va al fondo de la gruta a beber” y cómo se
presenta “con una entereza grande cuando tiene que pedir al párroco la capilla
y la procesión”.
Todo
ello a pesar de que “es en una niña enferma y con poca formación”, motivo
por el cual se hace más evidente “el obrar de Dios” en las personas. “Este es
el verdadero mensaje”, añade.
6. Lourdes, un
lugar de curaciones y milagros
Por
último, como es conocido, Lourdes es un lugar donde hay curaciones y milagros.
Esto sucede “desde el primer momento, pues durante las apariciones ya se
produjo la primera curación”. Fue la curación, el 1 de marzo de 1858, de la
parálisis del brazo derecho que padecía desde año y medio antes Catherine
Latapie.
“Lourdes
es un lugar en donde peregrinamos los necesitados, donde en primer lugar se
experimenta la misericordia y donde, como muestra, algunos se han curado”,
concluye el P. Cruz.
Por Nicolás
de Cárdenas
Fuente: ACI