Estos hábitos son beneficiosos para cualquier cristiano y pueden añadir a su vida diaria una alegre estructura de oración y amor a Dios
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Oficina de información del Opus Dei. Dominio público |
Una de estas
organizaciones tan extendidas es el Opus Dei, la
única prelatura personal de la Iglesia.
Los miembros del Opus Dei
celebran la fiesta de su fundador, san
Josemaría Escrivá, el 26 de junio. San Josemaría tuvo una vida
fascinante sobre la que merece la pena leer (entre otras cosas, estuvo a punto
de morir de niño y tuvo que huir de Madrid durante la Guerra Civil española).
Escribió numerosos libros
compartiendo sus intuiciones espirituales, y su contribución más duradera fue
la fundación del Opus Dei: «La misión del Opus Dei es difundir el mensaje
cristiano de que toda persona está llamada a la santidad y que todo trabajo
honesto puede ser santificado».
Aquí tres hábitos santos
que san Josemaría animó a seguir a todos
los católicos.
HAZ UNA OFRENDA MATUTINA DE TU DÍA A DIOS
Empezar el día rezando era una de sus recomendaciones
más frecuentes:
«Conquístate cada día desde el primer momento, levantándote en punto, a una hora fija, sin conceder ni un solo minuto a la pereza. Si con la ayuda de Dios, te conquistas a ti mismo en el momento, habrás logrado mucho para el resto del día. Es muy desalentador encontrarse vencido en la primera escaramuza». Camino, 191
Llamaba a este acto rápido de levantarse de la cama,
seguido de la oración, «el minuto heroico».
Existen muchas oraciones para la Ofrenda Matutina. He
aquí una tradicional:
«Oh Jesús, por el Corazón
Inmaculado de María, te ofrezco mis oraciones, trabajos, alegrías,
sufrimientos de este día, en unión con el Santo Sacrificio de la Misa en todo
el mundo. Las ofrezco por todas las intenciones de tu Sagrado Corazón; la
salvación de las almas, la reparación del pecado, la reunión de todos los
cristianos; las ofrezco por las intenciones de nuestros obispos y de todos los
miembros del Apostolado de la Oración, y en particular por la intención
recomendada por el Santo Padre para este mes».
2.- REZAR EL ÁNGELUS
San
Josemaría tenía un gran amor a la Virgen y siempre fomentó la devoción a Ella.
Escribió:
«Al hacerlo, descubrimos
el sentido de las oraciones marianas que la Iglesia ha usado siempre, como si
las recitáramos por primera vez. ¿Qué son el Avemaría y el Ángelus sino
amorosas alabanzas a su divina Maternidad? Y cuando rezamos el Santo Rosario,
que es una maravillosa devoción que no me cansaré de recomendar a los
cristianos de todo el mundo, nuestra mente y nuestro corazón repasan los
misterios de la admirable vida de María, que son, al mismo tiempo, los
misterios fundamentales de nuestra fe». Amigos de Dios, 290
Rezar
el Ángelus a mediodía es una tradición católica muy antigua. He aquí el texto
de la oración:
El ángel del Señor declaró
a María.
Y ella concibió del
Espíritu Santo.
Dios te salve María, llena
eres de gracia…
He aquí la esclava del
Señor.
Hágase en mí según tu
palabra.
Dios te salve María, llena
eres de gracia…
Y el Verbo se hizo carne.
Y habitó entre nosotros.
Dios te salve María, llena
eres de gracia…
Ruega por nosotros, Santa
Madre de Dios.
Para que seamos dignos de
las promesas de Cristo.
Derrama, Señor, tu gracia
en nuestros corazones, para que nosotros, a quienes la Encarnación de Cristo,
tu Hijo, fue dada a conocer por el mensaje de un ángel, seamos llevados, por su
Pasión y su Cruz, a la gloria de su Resurrección, por el mismo Cristo, Señor
nuestro. Amén.
3.- EXAMEN
DE CONCIENCIA POR LA NOCHE
Examinar
la conciencia cada noche es otra tradición católica que san Josemaría alentaba
con fuerza en sus escritos. Escribió: «Examen de conciencia. Una tarea diaria.
La contabilidad, nunca descuidada por nadie en los negocios. ¿Y hay negocio que
valga más que el de la vida eterna?» (Camino, 235).
Hay
varias maneras de hacerlo; el formato tradicional es dar gracias a Dios por sus
bendiciones del día, expresar contrición por cualquier mala acción, y pedir a
Dios su ayuda para mejorar y crecer en santidad.
Además
de estos tres hábitos, a los miembros del Opus Dei se les anima a leer a diario
libros espirituales y la Biblia, rezar el Rosario diariamente, ir a Misa todos
los días y dedicar unos 15 minutos diarios a la «oración mental» (u oración
contemplativa/meditativa).
Tanto si ha oído hablar de san Josemaría como si no, estos hábitos pueden ser beneficiosos para cualquier cristiano porque añaden a la vida diaria una alegre estructura de oración y amor a Dios.
Theresa
Civantos Barber